El lanzamiento tuvo lugar a las 13.40 hora local (04.40 GMT), como habían programado la Agencia Aeroespacial nipona (JAXA) y el fabricante aeroespacial Mitsubishi Heavy Industries, que participa en este tipo de operaciones desde que éstas se privatizaron en 2007.
El satélite con radar es capaz de detectar objetos en tierra incluso durante la noche o a través de una capa de nubes, al tiempo que el óptico está diseñado para mostrar una mayor resolución y es supuestamente capaz de distinguir objetos de hasta 40 centímetros en tierra, según Kyodo.
Los lanzados hoy se suman al satélite radar y otros tres satélites ópticos que ya mantiene en órbita Japón, que con esta última operación busca expandir su red de satélites a fin de que cualquier punto de la tierra pueda ser fotografiado al menos una vez al día.
El H-2A es el principal modelo de lanzadera de Japón, construido en su totalidad con tecnología nacional, y ha protagonizado una veintena de lanzamientos desde su estreno en 2001.
Japón comenzó a poner en órbita satélites espía en 2003, cinco años después de que Corea del Norte llevara a cabo sus primeros lanzamientos de misiles.
En la actualidad está embarcado en su programa de red de satélites que, según la televisión pública NHK, lleva diez años de retraso a causa de una serie de lanzamientos frustrados y fallos en los dispositivos de vigilancia.
El sistema fue supuestamente utilizado tras el devastador tsunami del 11 de marzo de 2011 para evaluar los daños de la catástrofe, pero las imágenes nunca fueron hechas públicas por temor a desvelar la capacidad de los satélites.
El coste de este sistema espacial asciende a unos 10.000 millones de dólares, según NHK.
El satélite con radar es capaz de detectar objetos en tierra incluso durante la noche o a través de una capa de nubes, al tiempo que el óptico está diseñado para mostrar una mayor resolución y es supuestamente capaz de distinguir objetos de hasta 40 centímetros en tierra, según Kyodo.
Los lanzados hoy se suman al satélite radar y otros tres satélites ópticos que ya mantiene en órbita Japón, que con esta última operación busca expandir su red de satélites a fin de que cualquier punto de la tierra pueda ser fotografiado al menos una vez al día.
El H-2A es el principal modelo de lanzadera de Japón, construido en su totalidad con tecnología nacional, y ha protagonizado una veintena de lanzamientos desde su estreno en 2001.
Japón comenzó a poner en órbita satélites espía en 2003, cinco años después de que Corea del Norte llevara a cabo sus primeros lanzamientos de misiles.
En la actualidad está embarcado en su programa de red de satélites que, según la televisión pública NHK, lleva diez años de retraso a causa de una serie de lanzamientos frustrados y fallos en los dispositivos de vigilancia.
El sistema fue supuestamente utilizado tras el devastador tsunami del 11 de marzo de 2011 para evaluar los daños de la catástrofe, pero las imágenes nunca fueron hechas públicas por temor a desvelar la capacidad de los satélites.
El coste de este sistema espacial asciende a unos 10.000 millones de dólares, según NHK.
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