Washington.- Casi a la misma hora en que el secretario de Estado, John Kerry, admitía que, “en algunos casos”, el espionaje de Estados Unidos en el mundo puede haber ido “demasiado lejos”, el comité de Inteligencia del Senado aprobaba por once votos contra cuatro una ley que extiende y refuerza el programa de recolección de datos telefónicos en este país y en el exterior. La aparente contradicción es muestra de las dificultades y la improbabilidad de que la Administración de Barack Obama pueda cumplir efectivamente con la promesa de reducir la vigilancia de las comunicaciones.
Las propias declaraciones de Kerry, hechas por vídeo a una conferencia celebrada en Londres, reflejan el convencimiento por parte del Gobierno de que el espionaje norteamericano es eficaz e imprescindible. “Hemos conseguido impedir que se derriben aviones, que se vuelen edificios, que se asesine a personas, gracias a que hemos podido conocer con antelación esos planes”, dijo Kerry. “Les aseguro que no se ha abusado de ninguna persona inocente en ese proceso”, añadió.
Ahora bien, en ese esfuerzo por reunir información, “en algunos casos, se ha ido, inadecuadamente, demasiado lejos, y el presidente está decidido a clarificarlo para la gente, y ahora se está produciendo un proceso de revisión para que nadie tenga sensación de abuso, para que estemos seguros de que no pasa en el futuro”.
Con el matiz de que Kerry es quien más sufre personalmente en Washington el daño causado por el espionaje a las relaciones diplomáticas de EU, estas palabras del secretario de Estado se entienden en el contexto de la línea de defensa planteada por Obama desde el inicio de este escándalo: no toda la información que la tecnología es capaz de reunir es, realmente, necesaria ni está justificada por razones de seguridad.
Fuente: vanguardia.com.mx
Las propias declaraciones de Kerry, hechas por vídeo a una conferencia celebrada en Londres, reflejan el convencimiento por parte del Gobierno de que el espionaje norteamericano es eficaz e imprescindible. “Hemos conseguido impedir que se derriben aviones, que se vuelen edificios, que se asesine a personas, gracias a que hemos podido conocer con antelación esos planes”, dijo Kerry. “Les aseguro que no se ha abusado de ninguna persona inocente en ese proceso”, añadió.
Ahora bien, en ese esfuerzo por reunir información, “en algunos casos, se ha ido, inadecuadamente, demasiado lejos, y el presidente está decidido a clarificarlo para la gente, y ahora se está produciendo un proceso de revisión para que nadie tenga sensación de abuso, para que estemos seguros de que no pasa en el futuro”.
Con el matiz de que Kerry es quien más sufre personalmente en Washington el daño causado por el espionaje a las relaciones diplomáticas de EU, estas palabras del secretario de Estado se entienden en el contexto de la línea de defensa planteada por Obama desde el inicio de este escándalo: no toda la información que la tecnología es capaz de reunir es, realmente, necesaria ni está justificada por razones de seguridad.
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