La ruta elegida por la organización era un misterio. El viaje se iniciaba en Brasil, donde la droga era ocultada en los equipajes. Hacían una escala en Ezeiza, donde los pasajeros y las valijas estaban en tránsito. Después, cambiaban de avión rumbo a su destino final, Australia. En ese país el gramo de cocaína cuesta 300 dólares.
Pero algo salió mal en la nueva ruta: entre el 31 de mayo último y el lunes pasado, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) logró secuestrar en el aeropuerto de Ezeiza más de 22 kilos de cocaína que iban a ser comercializados en Australia. El cargamento decomisado estaba valuado en 6.600.000 dólares.
En otros cuatro procedimientos hubo cinco detenidos, todos extranjeros. Los acusados tenían pasajes de Aerolíneas Argentinas.
"No había antecedentes de esta ruta. Por la metodología para ocultar la cocaína sospechamos que se trata de la misma banda", sostuvo una fuente de la policía aeroportuaria a LA NACION.
El primer caso encendió la alarma de los investigadores. "El 31 de mayo pasado, al pasar por las máquinas de rayos X los equipajes despachados por bodega por los pasajeros en tránsito procedentes de San Pablo, y que estaban por embarcar en un avión de Aerolíneas Argentinas hacia Sydney, Australia, personal de la PSA descubrió en dos valijas una sustancia orgánica", informó una fuente del caso.
Después de tener la autorización del juez en lo penal económico Ezequiel Berón de Astrada, los agentes abrieron el equipaje, propiedad de un empresario brasileño de 31 años.
"Ambas valijas presentaban un contorno debajo del forro interno, conformando sus respectivas estructuras, los cuales estaban sujetos por tuercas y tornillos. Una vez extraídos los contornos, se pudo apreciar que debajo de la cinta que los recubría había una placa de policarbonato transparente que dejaba ver una sustancia", según se explicó en el expediente judicial.
La sustancia que descubrió el personal de la PSA era cocaína. Entre las dos valijas había 4,5 kilos de droga. Un día antes de ser descubierto, el empresario brasileño había viajado en avión desde Florianópolis hasta San Pablo, donde se embarcó en un vuelo de Aerolíneas Argentina que lo llevó hasta Ezeiza, donde debía abordar el vuelo que lo llevaría a Sydney.
"Después del primer hecho se generó una alerta para que el personal esté atento a la nueva ruta. Se focalizó la tarea en los vuelos que venían desde Brasil con pasajeros y equipajes en tránsito y que tenían como destino final Sydney", explicó a LA NACION una calificada fuente de la PSA.
El segundo hallazgo ocurrió el 10 de julio pasado a las 8.30. Cuando el personal de la PSA revisaba por la máquina de rayos X los equipajes despachados a la bodega por los pasajeros del vuelo de Aerolíneas Argentinas AR 1180 con destino a Sydney detectaron anomalías en tres valijas.
La dueña del equipaje sospechoso era una estudiante brasileña de 25 años, que estaba acompañada por su esposo, un fotógrafo con nacionalidad portuguesa y brasileña.
El juez en lo penal económico Alejandro Catania autorizó la requisa de las valijas, donde se descubrieron ocultos 8,700 kilos de cocaína. El fotógrafo y la estudiante tenían como lugar de residencia Labrador, en Australia, desde donde viajaron a Brasil el 19 de junio pasado.
La señal de alarma ya estaba al rojo vivo cuando el 21 de agosto pasado se descubrió el tercer embarque. En este caso, el sospechoso detenido por orden del juez federal de Lomas de Zamora Carlos Ferreiro Pella fue un panadero brasileño, que también tiene nacionalidad francesa, de 47 años.
La metedología fue la misma. El hombre venía de San Pablo en un avión de Aerolíneas Argentinas. Estaba en tránsito hasta embarcar en el vuelo AR 1180, con destino a Sydney, hasta que el personal de la PSA descubrió, por medio de la máquina de rayos X, una sustancia orgánica sospechosa en sus dos valijas. En el hallazgo también participó la perra Negra, de la División Canes de la PSA. Como en el primer caso de mayo pasado, la droga estaba oculta en los contornos de las maletas. Se trataba de 3,600 kilos de cocaína.
El último caso fue el lunes pasado a las 8.40. El acusado, un empleado brasileño de 19 años, estaba como pasajero en tránsito en Ezeiza, donde había llegado desde San Pablo. La droga también estaba escondida en los contornos de las dos maletas. El sospechoso intentó traficar a Australia 5,200 kilos de cocaína, según fuentes de la PSA. La causa quedó en manos del juez federal de Lomas de Zamora Alberto Santa Marina.
"En los cuatro casos habría operado la misma banda. Como se trata de pasajeros en tránsito, suponemos que en la Argentina no hay ningún eslabón de la banda. Una parte de la organización está en Brasil, la otra en Australia", explicó una fuente de la PSA.
Si bien hubo casos de tráfico de cocaína desde la Argentina hacia Australia descubiertos por la Policía Federal en 2003 y 2008, esta vez sería la primera que una banda narco utiliza pasajeros y equipajes en tránsito en el aeropuerto de Ezeiza.
Fuente: lanacion.com.ar
Pero algo salió mal en la nueva ruta: entre el 31 de mayo último y el lunes pasado, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) logró secuestrar en el aeropuerto de Ezeiza más de 22 kilos de cocaína que iban a ser comercializados en Australia. El cargamento decomisado estaba valuado en 6.600.000 dólares.
En otros cuatro procedimientos hubo cinco detenidos, todos extranjeros. Los acusados tenían pasajes de Aerolíneas Argentinas.
"No había antecedentes de esta ruta. Por la metodología para ocultar la cocaína sospechamos que se trata de la misma banda", sostuvo una fuente de la policía aeroportuaria a LA NACION.
El primer caso encendió la alarma de los investigadores. "El 31 de mayo pasado, al pasar por las máquinas de rayos X los equipajes despachados por bodega por los pasajeros en tránsito procedentes de San Pablo, y que estaban por embarcar en un avión de Aerolíneas Argentinas hacia Sydney, Australia, personal de la PSA descubrió en dos valijas una sustancia orgánica", informó una fuente del caso.
Después de tener la autorización del juez en lo penal económico Ezequiel Berón de Astrada, los agentes abrieron el equipaje, propiedad de un empresario brasileño de 31 años.
"Ambas valijas presentaban un contorno debajo del forro interno, conformando sus respectivas estructuras, los cuales estaban sujetos por tuercas y tornillos. Una vez extraídos los contornos, se pudo apreciar que debajo de la cinta que los recubría había una placa de policarbonato transparente que dejaba ver una sustancia", según se explicó en el expediente judicial.
La sustancia que descubrió el personal de la PSA era cocaína. Entre las dos valijas había 4,5 kilos de droga. Un día antes de ser descubierto, el empresario brasileño había viajado en avión desde Florianópolis hasta San Pablo, donde se embarcó en un vuelo de Aerolíneas Argentina que lo llevó hasta Ezeiza, donde debía abordar el vuelo que lo llevaría a Sydney.
"Después del primer hecho se generó una alerta para que el personal esté atento a la nueva ruta. Se focalizó la tarea en los vuelos que venían desde Brasil con pasajeros y equipajes en tránsito y que tenían como destino final Sydney", explicó a LA NACION una calificada fuente de la PSA.
El segundo hallazgo ocurrió el 10 de julio pasado a las 8.30. Cuando el personal de la PSA revisaba por la máquina de rayos X los equipajes despachados a la bodega por los pasajeros del vuelo de Aerolíneas Argentinas AR 1180 con destino a Sydney detectaron anomalías en tres valijas.
La dueña del equipaje sospechoso era una estudiante brasileña de 25 años, que estaba acompañada por su esposo, un fotógrafo con nacionalidad portuguesa y brasileña.
El juez en lo penal económico Alejandro Catania autorizó la requisa de las valijas, donde se descubrieron ocultos 8,700 kilos de cocaína. El fotógrafo y la estudiante tenían como lugar de residencia Labrador, en Australia, desde donde viajaron a Brasil el 19 de junio pasado.
La señal de alarma ya estaba al rojo vivo cuando el 21 de agosto pasado se descubrió el tercer embarque. En este caso, el sospechoso detenido por orden del juez federal de Lomas de Zamora Carlos Ferreiro Pella fue un panadero brasileño, que también tiene nacionalidad francesa, de 47 años.
La metedología fue la misma. El hombre venía de San Pablo en un avión de Aerolíneas Argentinas. Estaba en tránsito hasta embarcar en el vuelo AR 1180, con destino a Sydney, hasta que el personal de la PSA descubrió, por medio de la máquina de rayos X, una sustancia orgánica sospechosa en sus dos valijas. En el hallazgo también participó la perra Negra, de la División Canes de la PSA. Como en el primer caso de mayo pasado, la droga estaba oculta en los contornos de las maletas. Se trataba de 3,600 kilos de cocaína.
El último caso fue el lunes pasado a las 8.40. El acusado, un empleado brasileño de 19 años, estaba como pasajero en tránsito en Ezeiza, donde había llegado desde San Pablo. La droga también estaba escondida en los contornos de las dos maletas. El sospechoso intentó traficar a Australia 5,200 kilos de cocaína, según fuentes de la PSA. La causa quedó en manos del juez federal de Lomas de Zamora Alberto Santa Marina.
"En los cuatro casos habría operado la misma banda. Como se trata de pasajeros en tránsito, suponemos que en la Argentina no hay ningún eslabón de la banda. Una parte de la organización está en Brasil, la otra en Australia", explicó una fuente de la PSA.
Si bien hubo casos de tráfico de cocaína desde la Argentina hacia Australia descubiertos por la Policía Federal en 2003 y 2008, esta vez sería la primera que una banda narco utiliza pasajeros y equipajes en tránsito en el aeropuerto de Ezeiza.
Fuente: lanacion.com.ar
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