Vaticano. El papa Francisco quiere que toda Europa se movilice ante el problema de los refugiados y no solamente una parte, para que la comunidad católica del “viejo continente” sea animadora de la acogida a quienes huyen de la guerra, aseguró el vocero Federico Lombardi.
El director de la sala de prensa del Vaticano explicó el llamado que lanzó la víspera el pontífice en donde convocó a que cada parroquia, cada monasterio, cada santuario y cada comunidad religiosa europea acoja a una familia de refugiados.
La convocatoria, que sonó casi a una súplica, llegó detrás de la ola de refugiados que huyen de la guerra en Siria, la cual tocó a las puertas de Europa generando conflictos en las fronteras de Hungría y Austria.
La fotografía del cuerpo del pequeño refugiado Aylan, de tres años, captado sin vida en una costa de Turquía provocó una inmediata reacción, también en las comunidades católicas.
“El llamado es justamente a la solidaridad y a la acogida, a una respuesta creativa y generosa que nace del corazón del Papa en el contexto de preparación del Jubileo de la Misericordia que se debe actuar en particular a través de las obras, y no se refiere a un plan operativo u organizativo predefinido”, señaló Lombardi.
“Naturalmente cuando el Papa habla de parroquias quiere decir las comunidades parroquiales como comunidades insertadas en el territorio y no sólo los párrocos con las casas parroquiales. Las comunidades podrán encontrar en diversas formas los caminos adecuados para realizar la acogida”, agregó.
Recordó que el líder católico anunció que las dos parroquias que se encuentran dentro del Vaticano, la iglesia de Santa Ana y la Basílica de San Pedro, serán las primeras en acoger, cada una, a una familia de refugiados.
Santa Ana, ubicada junto al portón del mismo nombre en uno de los ingresos al territorio vaticano, es un pequeño templo administrado por la congregación religiosa de los Agustinos.
En cambio la Basílica de San Pedro es la iglesia más grande de la cristiandad y, aunque depende directamente del Papa, está bajo la jurisdicción directa del vicario para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Lombardi recordó que ya el 10 de septiembre de 2013, en su visita al centro para refugiados Astalli de Roma, el Papa había llamado a vivir con más valentía y generosidad la acogida en las comunidades, en las casas y en los conventos vacíos.
“Queridos religiosos los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados. Cierto, no es una cosa simple, se necesitan criterio, responsabilidad y también coraje”, sostuvo en esa ocasión.
En general Europa ha respondido positivamente al llamado del Papa, con excepción de Hungría, donde se mantiene una polémica respecto a la calidad de indocumentados de la mayoría de los refugiados.
Por este motivo, al ser interpelado al respecto, el cardenal arzobispo de Esztergom, Peter Erdo, afirmó que la Iglesia de su país no puede responder a la invitación de Francisco porque asistir a los migrantes “podría ser calificado como ilegal, como un tráfico de seres humanos”.
El director de la sala de prensa del Vaticano explicó el llamado que lanzó la víspera el pontífice en donde convocó a que cada parroquia, cada monasterio, cada santuario y cada comunidad religiosa europea acoja a una familia de refugiados.
La convocatoria, que sonó casi a una súplica, llegó detrás de la ola de refugiados que huyen de la guerra en Siria, la cual tocó a las puertas de Europa generando conflictos en las fronteras de Hungría y Austria.
La fotografía del cuerpo del pequeño refugiado Aylan, de tres años, captado sin vida en una costa de Turquía provocó una inmediata reacción, también en las comunidades católicas.
“El llamado es justamente a la solidaridad y a la acogida, a una respuesta creativa y generosa que nace del corazón del Papa en el contexto de preparación del Jubileo de la Misericordia que se debe actuar en particular a través de las obras, y no se refiere a un plan operativo u organizativo predefinido”, señaló Lombardi.
“Naturalmente cuando el Papa habla de parroquias quiere decir las comunidades parroquiales como comunidades insertadas en el territorio y no sólo los párrocos con las casas parroquiales. Las comunidades podrán encontrar en diversas formas los caminos adecuados para realizar la acogida”, agregó.
Recordó que el líder católico anunció que las dos parroquias que se encuentran dentro del Vaticano, la iglesia de Santa Ana y la Basílica de San Pedro, serán las primeras en acoger, cada una, a una familia de refugiados.
Santa Ana, ubicada junto al portón del mismo nombre en uno de los ingresos al territorio vaticano, es un pequeño templo administrado por la congregación religiosa de los Agustinos.
En cambio la Basílica de San Pedro es la iglesia más grande de la cristiandad y, aunque depende directamente del Papa, está bajo la jurisdicción directa del vicario para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Lombardi recordó que ya el 10 de septiembre de 2013, en su visita al centro para refugiados Astalli de Roma, el Papa había llamado a vivir con más valentía y generosidad la acogida en las comunidades, en las casas y en los conventos vacíos.
“Queridos religiosos los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo que son los refugiados. Cierto, no es una cosa simple, se necesitan criterio, responsabilidad y también coraje”, sostuvo en esa ocasión.
En general Europa ha respondido positivamente al llamado del Papa, con excepción de Hungría, donde se mantiene una polémica respecto a la calidad de indocumentados de la mayoría de los refugiados.
Por este motivo, al ser interpelado al respecto, el cardenal arzobispo de Esztergom, Peter Erdo, afirmó que la Iglesia de su país no puede responder a la invitación de Francisco porque asistir a los migrantes “podría ser calificado como ilegal, como un tráfico de seres humanos”.
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