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El adiós al poder del kirchnerismo tras 12 años de brillos y tinieblas

El ocaso de gobiernos de los Kirchner en Argentina deja atrás 12 años de aliento al consumo, derechos humanos y subsidios sociales, cara luminosa de una moneda, cuyo lado oscuro fue el atropello a la oposición y a la formalidad democrática.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, una peronista de centroizquierda, entregará el jueves el bastón de mando a un no deseado sucesor, el liberal de derecha Mauricio Macri, vencedor del oficialista Daniel Scioli por estrecho margen en el balotaje.

Pero a los 62 años la mandataria saliente no piensa irse a su casa. Intentará liderar la oposición. Es la primera gobernante desde el fin de la dictadura en 1983 que deja el poder con un 50% de popularidad, casi el mismo porcentaje de votos de Scioli, un peronista de centro cuya candidatura apadrinó en tono pragmático.

Organizaciones kirchneristas tratarán de llevar una multitud el miércoles en la despedida frente a la Casa Rosada (gobierno). “La presidenta saliente conserva protagonismo”, admitió a la AFP el politólogo Rosendo Fraga.

La era la había iniciado Néstor Kirchner, presidente entre 2003 y 2007. Su esposa cogobernaba de hecho. Lo sucedió en 2007 y fue reelegida en 2011. Fueron pareja de militantes combativos en los turbulentos años 70 y matrimonio en el poder hasta la muerte del marido por crisis cardíaca en 2010.

Los Kirchner fueron el emergente de una catástrofe económica y política que estalló en 2001. Fue el colapso de las políticas de los años 90 del llamado ‘Consenso de Washington’. Su base eran las privatizaciones, apertura importadora, festival de bonos de la deuda y valorización financiera.

“La crisis del modelo neoliberal fue explotado por los Kirchner para ensanchar su base de apoyo”, comentó el politólogo de la Universidad de Buenos Aires Julián Horvath.

Era K

El balance de la ‘Era K’ no deja de ofrecer una sombra para cada luz encendida. Combatió la herencia de pobreza y exclusión social con subsidios a más de 4,5 millones de personas. La contracara fue el clientelismo.

En 2014, el gobierno dejó de calcular la pobreza, cuyos bolsones se ven a simple vista. Sólo en la capital de 2,9 millones habitantes hay casi 300.000 en ‘villas miserias’ (asentamientos).

El desempleo bajó de 19% a menos del 7%. Subsiste, en cambio, un índice de 40% de trabajadores no registrados (en negro). Se reestatizaron empresas clave. Lo grave fue usar al Congreso como mero legitimador de leyes sin permitir la más mínima disidencia.

Se reconstruyeron fábricas quebradas en los años 90. “Se terminó el ‘genocidio’ industrial de los años 90”, dijo a la AFP el empresario textil Mario Meloni. Pero en los últimos años el ritmo fabril decayó. Hay cada vez menos dólares para financiar insumos vitales. Sólo se autoriza vender divisas a pequeños ahorristas.

La inflación fue en ascenso hasta superar el 30% anual calculado por las consultoras privadas. Las estadísticas oficiales son engañosas. Sin embargo, los trabajadores mantuvieron gran parte de su poder adquisitivo al pactarse alzas de salarios incluso por arriba del costo de vida oficial en negociaciones sindicatos-empresas.

Justicia y deuda

Los Kirchner derogaron leyes de amnistía e indultos por crímenes de la dictadura (1976-1983). Más de 600 represores fueron condenados. El exdictador Jorge Videla murió en 2013 en una celda común.

Se incentivó recuperar bebés robados en la dictadura. Abuelas de Plaza de Mayo llevan restituidas identidades de 119 nietos, hijos de desaparecidos. En contraste, el gobierno libra una lucha contra jueces y fiscales a los que considera opositores encubiertos. La intervención a la Justicia motiva denuncias y escándalos. El vicepresidente, Amado Boudou, está acusado de corrupción.

En 2009 se lanzó una ley antimonopólica de medios audiovisuales. Se desató unas ‘guerra’ con los multimedios. El periodismo se dividió. Un periodista lo bautizó ‘la grieta’: un país dividido entre amigos y enemigos del gobierno.

Dos bandos se formaron en sindicatos, cámaras empresariales, medios, ambiente artístico y hasta en las familias. Se estaba a favor o en contra, aunque la sangre no llegó al río.

Los Kirchner impulsaron leyes pioneras de matrimonio igualitario e identidad de género. Se otorgó la jubilación a 2,5 millones de trabajadores precarios retirados.

El gobierno permitió ver gratis por TV todos los partidos de fútbol. Pero se usó el espacio publicitario para propaganda gubernamental. Recaudó miles de millones de dólares por exportaciones agrícolas, enfrentándose duramente con los agricultores.

Documentó a 700.000 inmigrantes latinoamericanos. Pero se aisló de grandes naciones con denuncias “antiimperialistas”.

Arregló el ‘default’ con el 93% de acreedores. Le queda en el tintero un litigio con 7% de fondos especulativos que le impide volver a los mercados, símbolo de una dura era de reformas y conflictos.

AFP

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