Vladimir Putin |
Putin calificó dichos documentos de “producto informativo” elaborado por encargo de Occidente para contrarrestar la creciente independencia política y económica de Rusia, como a su juicio quedó demostrado recientemente en Ucrania y Siria.
Además de recordar que su nombre no aparece en ninguno de los documentos, defendió a capa y espada a su amigo, el violonchelist Serguéi Rolduguin, acusado de crear empresas opacas en Panamá con ayuda de empresas estatales rusas.
“Dieron un repaso a esas empresas opacas. Vuestro humilde servidor no aparece allí. No hay nada de qué hablar ¿Y qué hicieron? Fabricaron un producto informativo. Encontraron a mis conocidos y amigos, es decir, escarbaron y le dieron forma”, dijo.
Se mostró “orgulloso” de sus amigos, en particular de Rolduguin, padrino de una de sus hijas, al que describió como “un gran músico” y recordó que dedicó casi todo el dinero que ganó a adquirir en el extranjero instrumentos musicales.
“Hay un amigo del presidente de Rusia que ha hecho algo. Probablemente esto tiene indicios de corrupción ¿Qué indicios? Nada de nada”, insistió.
Según el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés), que reveló las filtraciones que afectan a mucha personalidades políticas y de diferentes ámbitos y sus relaciones con empresas opacas, Rolduguin lavó cerca de 2.000 millones de dólares.
“Muchos artistas en Rusia, puede ser que uno de cada dos, intenta dedicarse a los negocios ¿Pero qué negocios? Es accionista minoritario en una de nuestras compañías y gana algún dinero, pero no miles de millones de dólares. Eso es mentira”, replicó Putin.
El jefe del Kremlin se mostró convencido de la existencia de una “mano negra” estadounidense tras dichos documentos, ya que en su opinión “cuando funcionarios del Departamento de Estado o de la
Administración de Estados Unidos realizan algunas declaraciones fuera de lugar, se delatan como personas interesadas”.
“Esto es malo para Estados Unidos desde el punto de vista de la consecución de resultados, pero para nosotros es bueno, ya que entendemos quién está detrás”, opinó.
Recordó que cuando Rusia estaba “en ruinas” tras la caída de la URSS, Occidente “nos enviaba patatas y ayuda humanitaria y dictaba a Rusia qué hacer”, al tiempo que consideró que cuando su país mostró las primeras señales de autosuficiencia comenzó una campaña informativa antirrusa.
EFE
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