Keiko Fujimori, de Fuerza Popular (derecha), lidera las preferencias con el 35% de los votos, lo que hace casi inevitable un balotaje el 5 de junio.
Keiko perdió su pulso anterior con el presidente saliente Ollanta Humala, un ex militar que se alzó contra su padre. La candidata dio su mitin de cierre de campaña el jueves por la noche en la capital, prometiendo acabar con la inseguridad del país como hizo su padre, que libró una lucha sin cuartel contra los grupos insurgentes, como el maoista Sendero Luminoso. Sin renegar totalmente del legado que dejó su padre en diez años de gobierno (1990-2000), que sigue provocando profunda repulsa en buena parte de la sociedad, la candidata de 40 años trata de dar una imagen de demócrata moderna e independiente. Para bien o para mal, a Keiko le resulta difícil desprenderse de la larga sombra del populista autoritario que fue su progenitor, que a los 77 años purga una condena de 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad, con mucha prédica todavía entre los pobres y en las zonas rurales.
En la pugna por llegar a la segura segunda vuelta, chocan la joven Verónika Mendoza, de 35 años, del izquierdista Frente Amplio, y Pedro Pablo Kuczynski, del centroderechista Peruanos por el Kambio, que aparecen segundos en los sondeos con un empate técnico en torno al 15%.
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