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En Brasil aseguran que el juicio político cuenta con las 342 adhesiones necesarias en la Cámara de Diputados para abrir el proceso contra Dilma Rousseff. AFP. |
La Cámara de Diputados se pronunciará el domingo sobre una recomendación de “impeachment” contra Rousseff, acusada de haber maquillado las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015.
La apertura de un juicio político requiere el apoyo de dos tercios de la cámara -342 diputados de un total de 513- y la ratificación por el Senado.
En ese caso, Rousseff, de 68 años, sería separada del cargo y reemplazada por su vicepresidente centrista Michel Temer, de 75. Y Temer completaría el mandato, hasta fines de 2018, si los senadores declaran a Rousseff, en un plazo de seis meses, formalmente culpable.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), perdió en los últimos días importantes aliados y la tendencia se decanta actualmente a favor de sus adversarios.
Según la encuesta del portal online del diario O Estado de S.Paulo, los partidarios del impeachment cuentan ya, desde el jueves por la noche, con los 342 votos necesarios para dar este paso en el que la mayor economía latinoamericana se juega su futuro a cara o cruz.
Los dos bandos convocaron a manifestaciones gigantes en Brasilia, para seguir la votación del domingo.
Para impedir incidentes, las autoridades tendieron una enorme valla metálica de un kilómetro, que arranca frente al Congreso y rasga la monumental explanada de los ministerios, en el corazón de la capital.
El jueves por la noche, unos 200 manifestantes antigubernamentales ya estaban en el lugar, junto a un camión con altavoces que animaba el ambiente y un hombre vestido de presidiario que llevaba una enorme máscara con el rostro del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), mentor de Rousseff e investigado en el caso de corrupción de Petrobras.
A pocos kilómetros, dentro de un recinto deportivo junto al estadio mundialista Mané Garrincha, medio millar de partidarios de Rousseff acampa desde inicios de esta semana, en espera de la votación del domingo.
“Ya somos unas 500 personas, pero para el fin de semana esperamos más de 100.000. Vinimos acá para hacer frente a este golpe”, dijo a la AFP el sindicalista Paulo Joao Estausia, de Sao Paulo.
Este sábado la propia presidenta Rousseff podría apersonarse en el estadio.
AFP
La apertura de un juicio político requiere el apoyo de dos tercios de la cámara -342 diputados de un total de 513- y la ratificación por el Senado.
En ese caso, Rousseff, de 68 años, sería separada del cargo y reemplazada por su vicepresidente centrista Michel Temer, de 75. Y Temer completaría el mandato, hasta fines de 2018, si los senadores declaran a Rousseff, en un plazo de seis meses, formalmente culpable.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), perdió en los últimos días importantes aliados y la tendencia se decanta actualmente a favor de sus adversarios.
Según la encuesta del portal online del diario O Estado de S.Paulo, los partidarios del impeachment cuentan ya, desde el jueves por la noche, con los 342 votos necesarios para dar este paso en el que la mayor economía latinoamericana se juega su futuro a cara o cruz.
Los dos bandos convocaron a manifestaciones gigantes en Brasilia, para seguir la votación del domingo.
Para impedir incidentes, las autoridades tendieron una enorme valla metálica de un kilómetro, que arranca frente al Congreso y rasga la monumental explanada de los ministerios, en el corazón de la capital.
El jueves por la noche, unos 200 manifestantes antigubernamentales ya estaban en el lugar, junto a un camión con altavoces que animaba el ambiente y un hombre vestido de presidiario que llevaba una enorme máscara con el rostro del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), mentor de Rousseff e investigado en el caso de corrupción de Petrobras.
A pocos kilómetros, dentro de un recinto deportivo junto al estadio mundialista Mané Garrincha, medio millar de partidarios de Rousseff acampa desde inicios de esta semana, en espera de la votación del domingo.
“Ya somos unas 500 personas, pero para el fin de semana esperamos más de 100.000. Vinimos acá para hacer frente a este golpe”, dijo a la AFP el sindicalista Paulo Joao Estausia, de Sao Paulo.
Este sábado la propia presidenta Rousseff podría apersonarse en el estadio.
AFP
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