El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que había declarado “persona non grata” a 58 diplomáticos estadounidenses en Moscú y a dos funcionarios consulares generales en Ekaterimburgo, en medio de la disputa generada por el envenenamiento del ex doble agente ruso Sergei Skripal el 4 de marzo.
Rusia también ordenó el cierre del consulado estadounidense en San Petersburgo, en una escalada de las tensiones que representa la mayor expulsión de diplomáticos desde la Guerra Fría.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que “las medidas serán recíprocas (…) Incluyen la expulsión de un número equivalente de diplomáticos e incluyen nuestra decisión de retirar nuestro acuerdo para permitir que un consulado general de Estados Unidos opere en San Petersburgo”.
“Respecto a los otros países, todas las medidas serán simétricas en términos de la cantidad de gente de sus misiones diplomáticas que deberán abandonar Rusia”, sostuvo Lavrov.
Eso significa que, entre otros países afectados, cuatro diplomáticos de Francia, Alemania y Polonia deberán abandonar Rusia, al igual que 13 representantes de Ucrania y dos de Dinamarca, Albania y España.
El ataque contra el ex espía de 66 años y su hija, del que Gran Bretaña culpó al presidente ruso Vladimir Putin, y que fue causado por Novichok -un agente neurotóxico de la era soviética- ha dejado las relaciones entre Rusia y países occidentales en su peor momento desde la Guerra Fría.
Rusia niega haber participado en el ataque y dice que sospecha que los servicios secretos británicos están tratando de inculpar a Rusia para avivar la histeria antirrusa.
REUTERS
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