Más de 1.200 bomberos, cinco aviones hidrantes y un helicóptero luchan segundo a segundo contra un gran incendio forestal en el centro de Portugal que ya dejó 31 heridos y que cada vez se torna más difícil de controlar.
Si bien el descenso de las temperaturas durante la noche del domingo ayudó a las agencias de emergencias a ganar terreno, las autoridades esperan que el calor y el viento crezcan por la tarde. Una mala noticia teniendo en cuenta que los bosques están muy secos tras semanas sin lluvia.
Con el corazón del incendio en zonas de difícil acceso, las llamas han avanzado rápidamente por los densos bosques del distrito de Castelo Branco, 200 kilómetros (unas 125 millas) al nordeste de Lisboa, la capital portuguesa.
Los incendios forestales son habituales en Portugal, donde el pobre mantenimiento de los bosques y el cambio climático hacen vulnerables a los bosques. De hecho, al menos 106 personas murieron en incendios forestales en 2017, un año que fue especialmente difícil para Portugal.
«Vamos a tener una jornada difícil. El viento fue el principal motor de este incendio», indicó el comandante Pedro Nunes, portavoz de los servicios de protección civil. Los vientos alcanzarán hasta 35 kilómetros por hora por la tarde y las temperaturas los 39 ºC, según las previsiones meteorológicas.
Es por eso, además, que siete regiones del centro y del sur de Portugal fueron declaradas el lunes en alerta elevada por incendios. Y ya en la madrugada del domingo, varias aldeas habían sido evacuadas por precaución.
A esta altura, el objetivo para este lunes es «reducir la reactivación de los incendios», subrayó el portavoz de la protección civil.
El presidente Marcelo Rebelo de Sousa, que visitó a un herido grave que había sido trasladado a un hospital de Lisboa, expresó «su solidaridad» con los bomberos y la población afectada.
«Desgraciadamente el terror volvió. ¡Estamos hartos!», lanzó Ricardo Aires, alcalde de Vila de Rei, uno de los pueblos perjudicados por los incendios.
La policía judicial abrió una investigación para determinar las circunstancias de estos fuegos forestales. «¿Cómo puede ser que cinco fuegos de dimensiones significativas hayan empezado en lugares tan cercanos?», se preguntó el ministro del Interior, Eduardo Cabrita.
Un presunto responsable, un hombre de 55 años, fue detenido el domingo, anunció la policía judicial. Es sospechoso de haber iniciado el fuego cerca de Castelo Branco, aunque visiblemente no está vinculado con los grandes incendios que se declararon el sábado.
«La prioridad es combatir los incendios forestales. Después ya habrá tiempo de hacer el balance y aprender la lección», dijo el jefe del Estado el domingo por la noche, y precisó que se desplazaría a las localidades afectadas después de «la conclusión de las operaciones» de extinción.
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