Muchos de los que fueron sorprendidos en el más reciente tiroteo masivo que sufre Estados Unidos estaban comprando artículos para la vuelta al colegio de los niños.
El sospechoso fue identificado oficialmente como un hombre blanco de 21 años de Allen, Texas, un suburbio de la ciudad de Texas a unos 1.046 kilómetros al este de El Paso, fronteriza con la mexicana Ciudad Juárez.
Citando a oficiales de la ley, varios medios de comunicación identificaron al sospechoso como Patrick Crusius.
El jefe de la policía de El Paso, Greg Allen, dijo que las autoridades tenían un manifiesto del sospechoso que indica “que hay un nexo potencial con un crimen de odio”. Los oficiales no quisieron dar más detalles y dijeron que la investigación continuaba.
Pero una declaración de cuatro páginas publicada en 8chan, un foro de mensajes en línea utilizado frecuentemente por extremistas, y que se cree fue escrito por el sospechoso, llamó al ataque de Walmart “una respuesta a la invasión hispana de Texas”.
También expresó apoyo al tirador que mató en marzo a 51 personas en dos mezquitas en Christchurch, Nueva Zelanda.
CNN reportó que el FBI abrió una investigación sobre la balacera de Texas por terrorismo doméstico.
El Paso y Ciudad Juárez, junto con la vecina ciudad de Las Cruces, Nuevo México, forman una zona fronteriza metropolitana de unos 2,5 millones de habitantes y es la mayor población binacional y bilingüe de Norteamérica.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y su canciller dijeron que entre los asesinados había tres mexicanos y otros seis entre los heridos.
“Mis condolencias, (…) es muy lamentable este hecho. Conozco El Paso, Texas, sé que es un lugar muy pacífico”, dijo el mandatario en un mensaje en redes sociales.
El del sábado fue el octavo ataque de un tirador más letal en la historia moderna de Estados Unidos, detrás de la balacera en San Ysidro que cobró la vida de 21 personas en 1984.
“Vamos a investigarlo agresivamente como un asesinato capital y como un crimen de odio, que es exactamente lo que parece ser”, dijo a periodistas el gobernador de Texas, Greg Abbott. “No quiero adelantarme a la evidencia”.
El sospechoso se rindió
No estuvieron claros de inmediato los detalles de cómo ocurrió la balacera. Pero videos de la escena mostraron a las víctimas en el piso dentro y fuera de la tienda. Un comprador dijo a Reuters que los disparos parecían haber comenzado fuera del edificio.
El sospechoso se rindió a la policía cuando quedó rodeado de efectivos y fue llevado en custodia sin mayor resistencia, dijeron las autoridades. Videos publicados en redes sociales parecían mostrarlo cuando era esposado por la policía y subido a un vehículo.
El alcalde de El Paso, Dee Margo, dijo que la policía respondió al tiroteo en un plazo de seis minutos.
Citando una fuente de las fuerzas de seguridad, el canal de televisión local KTSM publicó en su sitio web que había dos fotografías del sospechoso tomadas por cámaras de seguridad cuando entraba al Walmart.
Las imágenes mostraron a un joven blanco con anteojos, pantalones tipo caqui y una camiseta oscura que apuntaba con un aparente rifle de asalto. Asimismo, parecía llevar auriculares u orejeras.
Reuters no pudo verificar de inmediato la autenticidad de las imágenes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en Twitter que el ataque fue “un acto de cobardía”. “Sé que acompaño a todos en este país condenando el acto de odio de hoy. No hay razones o excusas que vayan a justificar nunca matar a gente inocente”.
Cerca de la mitad de los heridos, incluyendo al menos dos niños, fueron llevados en principio al Centro Médico Universitario de El Paso, donde varias víctimas seguían siendo sometidas a cirugía horas más tarde, dijo el portavoz del hospital Ryan Mielke.
«La gente estaba en pánico»
En la escena del tiroteo en el Walmart y en el cercano centro comercial Cielo Vista convergieron rápidamente policías locales y estatales, efectivos del Departamento de Seguridad Nacional y la patrulla fronteriza.
Los clientes escaparon pasa salvar sus vidas, como Kianna Long, que se encontraba en el Walmart con su marido cuando escuchó los disparos.
“La gente estaba en pánico y corría, diciendo que había un pistolero”, dijo Long. “Corrían cerca del suelo, la gente se lanzaba al suelo”.
Long y su esposo corrieron a través de un almacén en la parte trasera de la tienda, antes de esconderse junto a otros clientes en un contenedor de acero en una zona de carga.
Los medios locales dijeron que hubo una respuesta tan abrumadora a la petición del Departamento de Policía para realizar donaciones de sangre que se formaron grandes filas en los centros médicos, algunos de los cuales tuvieron que pedir a los voluntarios que vuelvan el domingo.
REUTERS
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