Los uniformados llegaron el miércoles a la comunidad de Santa Rosa, en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, para erradicar los sembradíos de hoja de coca cuando fueron acordonados por la comunidad, indicó la policía en un comunicado.
Los policías además “fueron objeto de agresión por parte de campesinos que protestaban por la presencia policial en la zona”, agregó.
Los erradicadores fueron “conminados a trasladarse” por la población hasta un caserío aledaño.
El director de la policía, general Jorge Nieto, dijo a periodistas que espera que en las próximas horas los uniformados sean entregados a una comisión humanitaria de la Iglesia católica, la Defensoría del Pueblo (ombudsman) y la Cruz Roja.
En octubre de 2017, siete campesinos murieron en un enfrentamiento con la fuerza pública durante una protesta contra la erradicación de cultivos en Nariño, la zona con más sembradíos de hoja de coca del país.
Colombia es el principal cultivador mundial de hoja de coca, materia prima de la cocaína, y también el mayor productor de este tipo de droga, según la ONU.
El presidente Juan Manuel Santos ha dicho que en el último año se erradicaron 54.000 hectáreas de narcocultivos y la meta es llegar a 115.000 para finales de 2018.
Los esfuerzos de erradicación van acompañados de planes de sustitución de siembras ilegales por legales.
Santos firmó a finales de 2016 un acuerdo de paz con las FARC, hoy desarmadas y transformadas en partido político, en el que la otrora guerrilla comunista se compromete a ayudar a combatir el narcotráfico y a promover la sustitución y erradicación de los narcocultivos.
Las FARC, que fueron la guerrilla más poderosa de América, han reconocido haber utilizado recursos del narcotráfico para financiar su alzamiento armado.
Colombia vive un conflicto armado que, en medio siglo, ha dejado unos ocho millones de víctimas entre desaparecidos, muertos y desplazados.
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