En un comunicado enviado a los medios, la agencia de Naciones Unidas para la Infancia recordó que se necesitan más de 20 millones de dólares en ayuda de emergencia para que esos niños no perezcan a lo largo de este año.
“El 2018 es un año crucial para la Libia y en especial para los niños libios”, advirtió la nota, firmada por el representante especial de Unicef en esta nación norteafricana, Abdel Rahman al Ghandur.
“Es por esa razón que Unicef demanda 20 millones de dólares que servirán para mejorar nuestra respuesta y ofrecer ayuda de emergencia que salve vidas, así como para emprender proyectos a más largo plazo para los niños libios”, agregó.
Al hilo de este argumento, Al Ghandur recordó que “todos los niños de Libia se merecen un futuro mejor, más allá de cuales sean sus circunstancias, nacionalidad, sexo o raza”.
Además de los efectos devastadores de la guerra, el vacío estatal y el pulso por el poder entre el gobierno sostenido por la ONU en Trípoli y el dirigido por el mariscal Jalifa Hafter en Tobruk han convertido a Libia en un paraíso para las mafias que trafican con armas, combustible y personas.
Según datos de la propia ONU, el 54 por ciento de las más de 170.000 personas que se han visto forzadas a desplazarse de forma interna a causa de la guerra en Libia son niños.
Además, y como lugar de tránsito final para los inmigrantes que se aventuran al mar para cruzar de forma irregular a Europa, niños de otras nacionales sufren abusos, violencia y violaciones de los derechos humanos por parte de los grupos armados.
EFE
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