Roma.- El equipo de rescate y los habitantes de la isla italiana de Giglio se mostraron hoy satisfechos y aliviados tras el éxito de la operación para volver a poner a flote el crucero Costa Concordia, encallado sobre uno de sus lados desde hace más de 20 meses.
"Siento una profunda satisfacción, esto fue un resultado magnífico tras un año de intenso trabajo", dijo esta mañana el alcalde de la isla del Mediterráneo, Sergio Ortelli, al término de la maniobra, informó DPA.
"Estoy aliviado y orgulloso, así como mi equipo. Y estoy un poco cansado, me tomaré una cerveza y me iré a dormir", comentó a su vez el ingeniero sudafricano Nick Sloane, que dirigió los trabajos para levantar con cuerdas y contrapesos el buque.
Las tareas duraron 19 horas, hasta las cuatro de la mañana (02:00 GMT). Al principio los expertos habían calculado que todo terminaría en un plazo de entre 10 y 12 horas, pero desde siempre dijeron que lo más importante era hacerlo bien y no rápido.
En el accidente de la noche del 12 de enero de 2012 murieron 32 del total de 4.229 pasajeros que iban a bordo. Dos de las víctimas siguen desaparecidas y ahora se buscarán sus cuerpos dentro del barco de 300 metros de largo y 114.000 toneladas.
Una vez terminada la que era la parte más complicada del proceso para retirar y desmantelar el barco, los técnicos piensan ya en el futuro. "El barco está muy dañado, ahora tenemos que hacer una revisión", dijo Sloane.
Después de pasar más de 600 días bajo el agua, la parte de estribor del coloso está llena de óxido y desgastada. "Aún queda mucho por hacer", subrayó también Ortelli.
El principal temor era que el lado que estaba bajo el agua se rompiera o agujereara, lo que hubiese puesto en riesgo la operación y quizás causado una contaminación de las aguas por el combustible u otros materiales que podrían quedar en el barco.
Los tanques del crucero fueron vaciados dos meses después del accidente, pero se cree que el agua que hay dentro del casco está contaminada con combustible residual, químicos y alimentos en mal estado.
Pese al éxito, los residentes de Giglio volverán a pasar un invierno con los restos del barco frente a sus costas. Hasta mediados del año que viene el crucero, que descansa ahora sobre una plataforma, será preparado para que pueda volver a navegar y llevado a un puerto en tierra firme.
"Fue lo suficientemente fuerte como para ser enderezado, será lo suficientemente fuerte como para ser remolcado", dijo Sloane.
La operación costó al menos 600 millones de euros (unos 800 millones de dólares), que irán a cargo de las aseguradoras del dueño del barco, Costa Crociere, una filial italiana de la estadounidense Carnival.
El capitán del buque, Francesco Schettino, que causó el accidente al acercarse demasiado a Giglio, está siendo juzgado actualmente por cargos que van desde el homicidio imprudente al abandono del barco, pues se marchó cuando las labores de evacuación aún continuaban. La próxima audiencia del caso será el 23 de septiembre en Grosseto, centro de Italia.
En julio, otros cuatro miembros de la tripulación y un gerente de Costa Crociere fueron sentenciados a penas de cárcel en suspenso de entre 18 a 34 meses en un acuerdo con la fiscalía. Costa Crociere fue condenada además a una multa de un millón de euros (1,33 millones de dólares) en otro acuerdo en abril.
Fuente: eluniversal.com
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