El magistrado, José Antonio Vázquez Taín, escuchó durante horas las declaraciones los imputados por el homicidio de su hija Asunta, de doce años, que apareció drogada y asfixiada el domingo pasado en una pista forestal de Teo, La Coruña.
La abogada, 44 años, miembro de una encumbrada y acaudalada familia de Santiago de Compostela, y que fuera cónsul de Francia, negó las acusaciones.
Afirmó que el sábado pasado por la tarde se acercó hasta el chalet familiar de Teo, a tres kilómetros de donde apareció el cadáver de la nena, y después regreso a su departamento en la capital compostelana. Descubrió que su hija no estaba, llamó a su exmarido, el periodista Alfonso Basterra, y denunciaron a la policía su desaparición.
Basterra declaró a continuación y corroboró sin discrepancias los dichos de su exmujer “incluso en algunos errores”, según comentó una fuente judicial. Esto hace suponer a los investigadores que “se trata de un relato construido por la pareja”.
El magistrado mostró a Rosario Porto las imágenes captadas por una cámara de seguridad de la policía donde se ve en el automóvil familiar a madre e hija dirigiéndose en dirección a Teo, donde se encuentra el chalet de la familia, a las 8 de la tarde una hora en que según Rosario había dejado a la nena haciendo sus deberes en el departamento de Santiago de Compostela.
El juez indagó a los padres sobre la droga Diazepan, utilizada para drogar a Asunta antes de ser atada, asfixiada por sofocación hasta la muerte y después transportada hasta la pista forestal donde se encontró el cadáver el domingo.
El Diazepán es un depresor del sistema nerviso con fuertes propiedades sedantes capaz de adormecer intensamente a una persona y en la autopsia se encontró la presencia del fármaco en la sangre y el estómago de la nena.
La madre, Rosario Porto, tomaba esa droga como parte de un tratamiento psiquiátrico por cuadro de ansiedad y depresión que la mantuvo tres meses internada en una clínica.
Por eso, el juez espera el resultado de las pruebas toxicológicas que ha ordenado para decidir si imputa a los padres por asesinato. El cadáver de la niña no presentaba heridas. En fuentes de la investigación trascendió que fue el padre quién compró el Diazepán conque se narcotizó a Asunta.
Otro elemento muy importante de prueba es un trozo de cuerda con el cual se ató a la víctima. En el chalet de Teo se encontró una bobina con un cordel de similares características. El análisis de las cordeles cuerdas revela que las utilizadas para atar a la niña son las mismas que había en el domicilio, por lo que su aparición constituye "una prueba de cargo" contra los padres de la niña, esto es, "una prueba contundente". Por lo tanto, los investigadores creen que fue en el chalet familiar donde se drogó y asfixio a la víctima cuyos restos fueron después transportados a la pista forestal donde aparecieron el domingo pasado.
Aunque los investigadores no quieren hablar del tema se sabe que otra prueba incriminatoria surge de los resultados de la triagnulación de las señales de los teléfonos móviles de ambos padres que revelarían el lugar donde se encontraban Rosario Porto y Alfonso Basterra cuando fue asesinada su hija.
Fuente: Clarin.com
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