Así, el pasado año, el agujero de ozono --área donde la cantidad total de ozono en columna es inferior a 220 Unidades Dobson, UD-- tuvo una extensión media de 18 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente un 28 por ciento menor al registrado durante el año 2011.
Durante la pasada primavera austral, desde septiembre a diciembre de 2012, que es el período durante el que se produce la máxima destrucción de ozono en la región antártica, el promedio del valor mínimo de ozono en columna registrado fue de 139 UD que supone un 31 por ciento más que el mismo valor del año anterior, y constituye el segundo año con menor destrucción de ozono desde 1988, después del año 2002.
Además, la extensión máxima del agujero en 2012 se alcanzó el 27 de septiembre, con un tamaño de 21,6 millones de kilómetros cuadrados, casi el doble de la superficie del continente antártico con aproximadamente de 14 millones de kilómetros cuadrados.
Los datos provienen del satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), el 'Global Ozone Monitoring Experiment-2', GOME-2, que realiza el seguimiento a largo plazo del ozono atmosférico tomando mediciones a del estado de la capa a tiempo real, según la AEMET.
LA METEOROLOGÍA INFLUYE EN LA CAPA DE OZONO
La Agencia explica que la extensión del agujero, así como el grado de destrucción de este, dependerá en gran parte de las condiciones meteorológicas existentes en la zona durante toda la primavera austral.
Así, indica que los "buenos" datos de 2012 se deben, en parte, a la existencia en la estratosfera de temperaturas más cálidas que la media, principalmente a partir del mes de septiembre.
En este sentido y pese a señalar que es aun "muy prematuro el poder realizar un pronóstico", las condiciones de temperatura y extensión de las nubes PSC hasta la fecha hacen prever que el grado de destrucción de ozono en 2013 será similar al observado en 2011, y mayor que el de los años 2010 y 2012.
EN LA ANTÁRTIDA Y DESDE AGOSTO
La destrucción del ozono se produce, cada año, al aproximarse la primavera austral principalmente en la Antártida, debido a que durante agosto, debido al largo período de oscuridad, se dan una serie de condiciones meteorológicas que lo aíslan del resto de la circulación atmosférica, alcanzándose en dicha región temperaturas especialmente bajas, por debajo de -78 grados centígrados.
A estas temperaturas, se empiezan a formar nubes mezcla de agua y ácido nítrico denominadas nubes estratosféricas polares (PSC, en inglés), en el seno de las cuales ocurren una serie de reacciones químicas que convierten compuestos halogenados inactivos provenientes de los compuestos clorofluorocarbonados (CFCs) entre otros, en especies muy activas, especialmente compuestos de cloro y bromo.
Así, estos compuestos, con los primeros rayos del principio de la primavera austral, reaccionan rápidamente liberando átomos de cloro y bromo "muy reactivos", que atacan a las moléculas de ozono a través de un ciclo catalítico al final del cual, se vuelve a recuperar dicho átomo halogenado que está nuevamente disponible para destruir otra molécula de ozono, de tal manera que "un simple átomo de cloro puede llegar a destruir miles de moléculas de ozono".
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó en 1194 el día 16 de septiembre como el Día Internacional de la Capa de Ozono conmemorando la firma en esa misma fecha del año 1987 del Protocolo de Montreal.
Fuente: uropapress.es
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