- Miami .- La pequeña ciudad de Bell, en el norte de Florida, en el sureste de EEUU, despertó hoy atónita y entristecida por la muerte a tiros de seis niños y su madre por parte de su abuelo, un hombre que ya había matado en 2001 a su hijo mayor en un accidente de caza y tenía numerosos antecedentes delictivos.
La tragedia ha "devastado" a la comunidad, dijo hoy aún apesadumbrado el aguacil del condado de Gilchrist, Robert Schultz, quien aseguró que muy probablemente "nunca se sabrán" los motivos que llevaron a Donald Charles Spirit, de 51 años, a disparar este jueves contra su propia familia y quitarse luego la vida.
Cuando el pueblo apenas se empieza a enterar de los detalles de la masacre de los niños, con edades entre los 3 meses y los 10 años, las autoridades divulgaron que Spirit ya había disparado y matado accidentalmente a uno de sus hijos, Kyle, de 8 años, durante una cacería en 2001, un suceso por el que pasó tres años en la cárcel.
"Solicitamos a la comunidad sus oraciones ante esta tragedia", pidió el superintendente escolar del condado, Rob Rankin, quien en rueda de prensa explicó que cuatro de los menores estudiaban en la escuela primaria de Bell.
"Es complicado, es una dura mañana", dijo Rankin, que indicó que una treintena de consejeros acudieron hoy al centro educativo para atender a los compañeros de los menores muertos, "unos niños felices y encantadores".
Rankin aseguró que no tenían indicios de que hubiera problemas domésticos en la casa de los Spirit.
"Estos estudiantes eran queridos por sus compañeros, profesores y el personal de la Escuela Elemental Bell", afirmó el superintendente, que destacó que es "duro" ver a los alumnos tan afectados.
"Cada persona vive esta pena de una forma diferente -indicó- procuramos tratar con cada uno (de los estudiantes) y conocer sus necesidades específicas".
El agente Schultz explicó que las investigaciones apuntan a que una única persona fue la autora de los disparos y que en el pasado la Policía recibió numerosas llamadas desde la casa de Spirit, aunque en ninguna de estas ocasiones se trató de un caso de violencia doméstica, pero sin dar más detalles.
"Esto es devastador, pero rechazamos que este incidente defina" a esta pequeña comunidad rural, dijo Schultz en rueda de prensa.
Aclaró que no hubo sobrevivientes en la vivienda, propiedad de Spirit, y que por el momento no podía suministrar información sobre el padre de los menores.
Sin embargo, medios locales, informaron de que Edward Kuhlmann, el padre de tres de los niños muertos, está encarcelado en una prisión de Florida por varios cargos de robo.
Ante el hecho, sin precedentes en el estado, el gobernador de Florida, Rick Scott, realizó hoy una visita de apoyo a la comunidad de Bell, en donde ya recaudan dinero para los servicios fúnebres de los menores y la madre, identificada como Sarah Lorraine Spirit, de 28 años.
"A medida que la abuela materna (madre de Sarah Spirit) comienza el proceso de despedir a su familia, esta página ha sido creada para ayudar a recaudar los fondos necesarios para rendir un apropiado servicio a las siete víctimas de la tragedia del 18 de septiembre de 2014 en Bell", piden los creadores de esta campaña de recaudación de donaciones a través de internet.
Antes de cometer la masacre, Spirit llamó a las autoridades para alertar de que había herido a sus familiares y que se iba a hacerse daño a sí mismo.
Sin embargo, cuando los agentes llegaron, el padre y abuelo ya había matado a su hija, y a sus nietos, y, aunque alcanzaron a hablar con él, éste se quitó la vida.
En 2001, Spirit se había declarado culpable de posesión de armas para reducir la sentencia en el caso de la muerte de su hijo menor, por la que pagó tres años en un prisión de Florida.
"Él no era un portador legal de armas", no tenía licencia, aseguró en rueda de prensa el aguacil Schultz, quien agregó que el sospechoso tenía un amplio historial delictivo.
Spirit también había sido detenido en el pasado por delitos relacionados con drogas, agresión y huir de un accidente de tránsito, según su historial judicial.
El múltiple asesinato en Bell ha conmocionado a la opinión pública en Florida, un estado en el que aprobó el pasado julio la denominada Ley de Privacidad de los Propietarios de Armas, que impide a los médicos del estado preguntar a sus pacientes si disponen de armas en sus casas.
Cada año mueren en Estados Unidos más de 500 niños o jóvenes menores de 20 años víctimas de las armas de fuego. Según la Asociación Nacional de Médicos (NPA, por sus siglas en inglés), los accidentes con armas de fuego son la tercera causa de muertes y de incapacidad permanente por lesiones graves, después de los envenamientos y los accidentes de tráfico.
Fuente: EFE/ lavanguardia.com
Cuando el pueblo apenas se empieza a enterar de los detalles de la masacre de los niños, con edades entre los 3 meses y los 10 años, las autoridades divulgaron que Spirit ya había disparado y matado accidentalmente a uno de sus hijos, Kyle, de 8 años, durante una cacería en 2001, un suceso por el que pasó tres años en la cárcel.
"Solicitamos a la comunidad sus oraciones ante esta tragedia", pidió el superintendente escolar del condado, Rob Rankin, quien en rueda de prensa explicó que cuatro de los menores estudiaban en la escuela primaria de Bell.
"Es complicado, es una dura mañana", dijo Rankin, que indicó que una treintena de consejeros acudieron hoy al centro educativo para atender a los compañeros de los menores muertos, "unos niños felices y encantadores".
Rankin aseguró que no tenían indicios de que hubiera problemas domésticos en la casa de los Spirit.
"Estos estudiantes eran queridos por sus compañeros, profesores y el personal de la Escuela Elemental Bell", afirmó el superintendente, que destacó que es "duro" ver a los alumnos tan afectados.
"Cada persona vive esta pena de una forma diferente -indicó- procuramos tratar con cada uno (de los estudiantes) y conocer sus necesidades específicas".
El agente Schultz explicó que las investigaciones apuntan a que una única persona fue la autora de los disparos y que en el pasado la Policía recibió numerosas llamadas desde la casa de Spirit, aunque en ninguna de estas ocasiones se trató de un caso de violencia doméstica, pero sin dar más detalles.
"Esto es devastador, pero rechazamos que este incidente defina" a esta pequeña comunidad rural, dijo Schultz en rueda de prensa.
Aclaró que no hubo sobrevivientes en la vivienda, propiedad de Spirit, y que por el momento no podía suministrar información sobre el padre de los menores.
Sin embargo, medios locales, informaron de que Edward Kuhlmann, el padre de tres de los niños muertos, está encarcelado en una prisión de Florida por varios cargos de robo.
Ante el hecho, sin precedentes en el estado, el gobernador de Florida, Rick Scott, realizó hoy una visita de apoyo a la comunidad de Bell, en donde ya recaudan dinero para los servicios fúnebres de los menores y la madre, identificada como Sarah Lorraine Spirit, de 28 años.
"A medida que la abuela materna (madre de Sarah Spirit) comienza el proceso de despedir a su familia, esta página ha sido creada para ayudar a recaudar los fondos necesarios para rendir un apropiado servicio a las siete víctimas de la tragedia del 18 de septiembre de 2014 en Bell", piden los creadores de esta campaña de recaudación de donaciones a través de internet.
Antes de cometer la masacre, Spirit llamó a las autoridades para alertar de que había herido a sus familiares y que se iba a hacerse daño a sí mismo.
Sin embargo, cuando los agentes llegaron, el padre y abuelo ya había matado a su hija, y a sus nietos, y, aunque alcanzaron a hablar con él, éste se quitó la vida.
En 2001, Spirit se había declarado culpable de posesión de armas para reducir la sentencia en el caso de la muerte de su hijo menor, por la que pagó tres años en un prisión de Florida.
"Él no era un portador legal de armas", no tenía licencia, aseguró en rueda de prensa el aguacil Schultz, quien agregó que el sospechoso tenía un amplio historial delictivo.
Spirit también había sido detenido en el pasado por delitos relacionados con drogas, agresión y huir de un accidente de tránsito, según su historial judicial.
El múltiple asesinato en Bell ha conmocionado a la opinión pública en Florida, un estado en el que aprobó el pasado julio la denominada Ley de Privacidad de los Propietarios de Armas, que impide a los médicos del estado preguntar a sus pacientes si disponen de armas en sus casas.
Cada año mueren en Estados Unidos más de 500 niños o jóvenes menores de 20 años víctimas de las armas de fuego. Según la Asociación Nacional de Médicos (NPA, por sus siglas en inglés), los accidentes con armas de fuego son la tercera causa de muertes y de incapacidad permanente por lesiones graves, después de los envenamientos y los accidentes de tráfico.
Fuente: EFE/ lavanguardia.com
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