SAN JUAN .- Puerto Rico ha aprendido este año lo que es el chikungunya, un virus sin vacuna ni tratamiento que ha pasado de ser un completo desconocido en la isla, a contagiar a más de 20,000 personas y estar relacionado con la muerte de cinco personas.
Según los datos más recientes del Departamento local de Salud, que son del 11 de noviembre, se han registrado 20,770 casos, aunque sólo 3,675 han sido doblemente confirmados por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Además, al menos cinco personas murieron estando contagiadas con el virus, entres ellas un bebé que se cree que lo contrajo durante el parto.
El fenómeno de Puerto Rico no es aislado. Lo mismo le ha pasado a gran parte de América, donde en un año este virus que hasta ahora era desconocido ha llegado a afectar a cerca de un millón de personas y a estar involucrado en la muerte de 150 personas.
El 6 de diciembre se cumplió un año de la confirmación por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del primer contagio autóctono de chikungunya en América, ya que hasta la fecha sólo se habían registrado casos importados de personas infectadas mientras viajaban por otras regiones del planeta.
La enfermedad se detectó en Tanzania, donde se identificó por primera vez en 1952 y se mantuvo circunscrita a esa región. Desde 2004 se localizaron brotes intensos y extensos en África, islas del Índico y el Pacífico, incluidos Australia y Asia.
En 2007 se tuvo noticia de ella en Italia, pero desde entonces no se había registrado evolución geográfica alguna, hasta que llegó a América y, según todos los expertos, ha llegado para quedarse y hacerse cada vez más fuerte.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hasta el 21 de noviembre se habían contabilizado en el continente unos 915,000 casos sospechosos, y de acuerdo con la Agencia de Salud Pública Caribeña (CARPHA), sólo en las islas caribeñas había hasta mediados de noviembre más 750,000 casos sospechosos.
Se entiende como casos sospechosos los de quienes presentan todos los síntomas y viven o han visitado en las dos semanas previas áreas donde la enfermedad es epidémica.
La propia CARPHA explica que los datos que se manejan están “subestimados”, debido a que muchas personas ya no acuden a los hospitales, conscientes de que no hay mucho que se pueda hacer, al tiempo que éstos han dejado de enviar muestras para realizar la doble comprobación necesaria para contabilizar la infección como caso confirmado.
De acuerdo con ambas organizaciones, en América se han registrado 150 muertes de personas que en el momento de fallecer tenían el virus, todas en el Caribe.
Eso no quiere decir que el virus sea la causa del fallecimiento, ya que, de hecho, el chikungunya muy raramente provoca la muerte.
Los síntomas del virus, cuyo tiempo de incubación va de tres a siete días, son fiebre, sarpullidos y dolor fuerte en las articulaciones, de cabeza y muscular.
En comparación con el dengue, la infección por chikungunya ocasiona normalmente un dolor más intenso y localizado en articulaciones y tendones, el inicio de la fiebre es más agudo y su duración más corta, y es raro observar hemorragia grave.
Aunque la sintomatología suele remitir entre los siete y los diez días, el dolor y la rigidez articular pueden persistir varios meses, algo que sabe bien ya cerca de un millón de personas en 39 países del continente.
La CARPHA emitió en mayo una alerta de epidemia para el Caribe, algo que han ido imitando desde entonces los gobiernos de muchos países de la región. Entre los más afectados destacan República Dominicana y El Salvador, así como Haití, Martinica, Guadalupe, Colombia y también Puerto Rico.
Los CDC, han alertado de que el ritmo de propagación del virus no da muestra alguna de ralentización, algo que mantiene alerta a las autoridades estadounidenses.
Durante los diez primeros meses del año se habían contabilizado 1,600 casos de personas que había llegado a Estados Unidos con el virus tras sus respectivos viajes a Latinoamérica y el Caribe, aunque de momento no se sabe de transmisiones autóctonas en ese país.
Fuente: el nuevo herald
Además, al menos cinco personas murieron estando contagiadas con el virus, entres ellas un bebé que se cree que lo contrajo durante el parto.
El fenómeno de Puerto Rico no es aislado. Lo mismo le ha pasado a gran parte de América, donde en un año este virus que hasta ahora era desconocido ha llegado a afectar a cerca de un millón de personas y a estar involucrado en la muerte de 150 personas.
El 6 de diciembre se cumplió un año de la confirmación por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del primer contagio autóctono de chikungunya en América, ya que hasta la fecha sólo se habían registrado casos importados de personas infectadas mientras viajaban por otras regiones del planeta.
El primer caso autóctono en América se detectó en la isla de San Martín y en menos de una semana ya se habían contabilizado diez, lo que encendió las alarmas en el Caribe ante el virus CHIKV.Este virus se transmite de una persona contagiada a una sana a través de la picadura a ambos del mosquito Aedes aegypti (el mismo que el del dengue) y el Aedes albopictus.
La enfermedad se detectó en Tanzania, donde se identificó por primera vez en 1952 y se mantuvo circunscrita a esa región. Desde 2004 se localizaron brotes intensos y extensos en África, islas del Índico y el Pacífico, incluidos Australia y Asia.
En 2007 se tuvo noticia de ella en Italia, pero desde entonces no se había registrado evolución geográfica alguna, hasta que llegó a América y, según todos los expertos, ha llegado para quedarse y hacerse cada vez más fuerte.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hasta el 21 de noviembre se habían contabilizado en el continente unos 915,000 casos sospechosos, y de acuerdo con la Agencia de Salud Pública Caribeña (CARPHA), sólo en las islas caribeñas había hasta mediados de noviembre más 750,000 casos sospechosos.
Se entiende como casos sospechosos los de quienes presentan todos los síntomas y viven o han visitado en las dos semanas previas áreas donde la enfermedad es epidémica.
La propia CARPHA explica que los datos que se manejan están “subestimados”, debido a que muchas personas ya no acuden a los hospitales, conscientes de que no hay mucho que se pueda hacer, al tiempo que éstos han dejado de enviar muestras para realizar la doble comprobación necesaria para contabilizar la infección como caso confirmado.
De acuerdo con ambas organizaciones, en América se han registrado 150 muertes de personas que en el momento de fallecer tenían el virus, todas en el Caribe.
Eso no quiere decir que el virus sea la causa del fallecimiento, ya que, de hecho, el chikungunya muy raramente provoca la muerte.
Los síntomas del virus, cuyo tiempo de incubación va de tres a siete días, son fiebre, sarpullidos y dolor fuerte en las articulaciones, de cabeza y muscular.
En comparación con el dengue, la infección por chikungunya ocasiona normalmente un dolor más intenso y localizado en articulaciones y tendones, el inicio de la fiebre es más agudo y su duración más corta, y es raro observar hemorragia grave.
Aunque la sintomatología suele remitir entre los siete y los diez días, el dolor y la rigidez articular pueden persistir varios meses, algo que sabe bien ya cerca de un millón de personas en 39 países del continente.
La CARPHA emitió en mayo una alerta de epidemia para el Caribe, algo que han ido imitando desde entonces los gobiernos de muchos países de la región. Entre los más afectados destacan República Dominicana y El Salvador, así como Haití, Martinica, Guadalupe, Colombia y también Puerto Rico.
Los CDC, han alertado de que el ritmo de propagación del virus no da muestra alguna de ralentización, algo que mantiene alerta a las autoridades estadounidenses.
Durante los diez primeros meses del año se habían contabilizado 1,600 casos de personas que había llegado a Estados Unidos con el virus tras sus respectivos viajes a Latinoamérica y el Caribe, aunque de momento no se sabe de transmisiones autóctonas en ese país.
Fuente: el nuevo herald
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