El Rey de España pidió "cortar la corrupción de raíz y sin contemplaciones", pero no dijo nada sobre la imputación judicial que sufrió su hermana Cristina esta semana por el caso Nóos
El primer discurso navideño del rey Felipe VI fue criticado hoy por la ausencia de alusiones a su hermana, la infanta Cristina, a quien un juez envió esta misma semana al banquillo de los acusados.
Felipe VI, de 46 años, pronunció ayer su primer discurso de Nochebuena seis meses después de acceder al trono tras la renuncia de su padre, el rey Juan Carlos, de 76 años, luego de 38 de reinado.
El rey Juan Carlos abdicó en un momento en el que la imagen de la corona estaba más baja debido en parte al caso de corrupción en el que están imputados la infanta Cristina y su esposo.
El debut de Felipe VI se produjo dos días después de que el juez José Castro decretó que la infanta Cristina deberá sentarse en el banquillo de los acusados como "cooperadora necesaria" de dos delitos fiscales presuntamente cometidos por su esposo, Iñaki Urdangarín. El juicio se celebrará previsiblemente el próximo año.
El rey abrió su discurso condenando la corrupción -que afecta tanto a la corona como a los partidos políticos, entre ellos el Partido Popular (PP) del presidente, Mariano Rajoy-, con un llamado a "cortar la corrupción de raíz y sin contemplaciones".
Pero Felipe VI no hizo ninguna mención explícita al caso de corrupción que afecta a su hermana y de quien espera que renuncie a sus derechos dinásticos (la infanta Cristina es sexta en la línea de sucesión al trono).
Felipe VI, de 46 años, pronunció ayer su primer discurso de Nochebuena seis meses después de acceder al trono tras la renuncia de su padre, el rey Juan Carlos, de 76 años, luego de 38 de reinado.
El rey Juan Carlos abdicó en un momento en el que la imagen de la corona estaba más baja debido en parte al caso de corrupción en el que están imputados la infanta Cristina y su esposo.
El debut de Felipe VI se produjo dos días después de que el juez José Castro decretó que la infanta Cristina deberá sentarse en el banquillo de los acusados como "cooperadora necesaria" de dos delitos fiscales presuntamente cometidos por su esposo, Iñaki Urdangarín. El juicio se celebrará previsiblemente el próximo año.
El rey abrió su discurso condenando la corrupción -que afecta tanto a la corona como a los partidos políticos, entre ellos el Partido Popular (PP) del presidente, Mariano Rajoy-, con un llamado a "cortar la corrupción de raíz y sin contemplaciones".
Pero Felipe VI no hizo ninguna mención explícita al caso de corrupción que afecta a su hermana y de quien espera que renuncie a sus derechos dinásticos (la infanta Cristina es sexta en la línea de sucesión al trono).
DISCURSO FRUSTRANTE
Gaspar Llamazares, del partido minoritario progresista Izquierda Unida (IU), declaró que "se esperaba que hiciera una mención mucho más clara y específica a la infanta Cristina". Llamzares definió el discurso como "continuista y frustrante, porque lo fundamental no lo ha dicho. No ha respondido a las expectativas".
El diario El País opinó en su editorial que unas palabras "al procesamiento de su hermana, que no es un problema familiar sino un serio percance para la corona y una grave preocupación para España, hubieran hecho su intervención mucho más convincente".
Ni el PP ni el principal partido de la oposición, el socialista (PSOE), criticaron la ausencia de referencia a la infanta Cristina.
El PP destacó de Felipe VI por medio de su "número tres", Carlos Floriano, que es un rey "pegado a la calle, que conoce los problemas de la gente y del que todos los españoles nos podemos sentir legítimamente orgullosos".
Antonio Hernando, del PSOE, alabó al rey, ya que, según él, fue "muy tajante y determinante" con su mensaje contra la corrupción. El llamado de Felipe VI a la unidad de España frente al desafío independentista de Cataluña también generó reacciones.
El presidente regional catalán, Artur Mas, quien celebró una consulta ilegal sobre la independencia de Cataluña el pasado 9 de noviembre, comentó que el rey "ya admite que hay un problema en la relación Cataluña-España", tras lo que dijo que éste se debe resolver "dándole la oportunidad al pueblo catalán a decidir su futuro".
En su discurso, Felipe VI declaró sobre Cataluña: "Me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en la España de hoy es adversario de nadie".
El portavoz del partido independentista Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), Alfred Bosch, dijo que "quien ocupa un cargo hereditario de por vida y es irresponsable legalmente de sus actos (no puede ser juzgado, ndr), no puede dar lecciones de igualdad y de convivencia".
Fuente: La nacion
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