El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que dispone de una vasta red de informantes en terreno, ha contabilizado 271.138 muertos. Entre ellos hay 79.106 civiles, incluyendo 13.500 niños, según un balance del 23 de febrero. Estas cifras no incluyen a los miles de desaparecidos, a los opositores presos y a los miembros del ejército capturados por los rebeldes y grupos yihadistas como el Frente al Nosra y el Estado Islámico (EI). La ONU apuntó en un informe publicado en febrero que miles de personas detenidas por el régimen habían muerto.Según una ONG siria, 177 hospitales han sido destruidos y cerca de 700 trabajadores sanitarios han muerto desde 2011.
Un joven sirio en su caminata como migrante forzado. Foto: AFP
Refugiados
En el país, que en 2011 contaba con 23 millones de habitantes, 13,5 millones de personas han sido desplazadas por la guerra, según datos de la ONU publicados el 12 de enero de 2016.
“Al menos 250.000 niños viven en zonas sometidas a un asedio brutal (…) que se han convertido en prisiones a cielo abierto”, denunció en marzo la ONG Save the Children.
Según la ONU, un total de 450.000 personas viven en zonas sitiadas.
La guerra ha obligados a 4,7 millones de personas a huir del país, lo que constituye “la mayor población de desplazados en un conflicto en una generación”, estimó en julio de 2015 el agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Turquía se ha convertido en el principal lugar de asilo de los refugiados, acogiendo entre 2 y 2,5 millones de desplazados sirios.
En Jordania hay 630.000 desplazados registrados por la Agencia de la ONU para los Refugiados, pero las autoridades estiman que las cifras pueden llegar a superar el millón de personas.
En Irak, hay 225.000 refugiados sirios, mientras que Egipto acoge a 137.000 personas.
Los refugiados sufren la pobreza, los problemas de salud y cada vez crecen más los conflictos con las comunidades de los lugares de refugio, donde viven en precarias condiciones.
La gran mayoría de los refugiados sirios permanece en los países de la región, pero cada vez más personas intentan llegar a Europa, en una travesía peligrosa e incierta.
Economía moribunda
Según los expertos, el conflicto ha dañado la economía al punto de hacerla retroceder al nivel que tenía hace tres décadas, privándola de casi todos sus ingresos, con la destrucción de la mayoría de las infraestructuras. El sistema de educación y el de salud están en ruinas. Las exportaciones cayeron en un 90% desde el inicio de las revueltas, según un alto cargo, debido a las severas sanciones internacionales a las que está sometida la economía. Según el ministerio de Petróleo, las pérdidas directas e indirectas en el sector, tanto del crudo como del gas, suman 58.000 millones de dólares (52.000 millones de euros).
En 2015, una coalición de 130 oenegés denunciaron que Siria subsiste casi sin electricidad, ya que el 83% de la red eléctrica ha sido destruida.
AFP
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