Aunque los enfrentamientos ya han dejado un muerto, una palestina de 54 años abatida el jueves por disparos de un tanque israelí, los expertos coinciden en que ninguna de las partes desea una nueva guerra.
El viernes, Ismail Haniyeh, jefe del movimiento islamista Hamas que gobierna la Franja de Gaza, aseguró que “no llaman” a una nueva guerra y que hay una mediación en curso, con el apoyo de Egipto, que auspició el último cese el fuego en el 2014.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encuentra bajo presión ante la inminente publicación de una auditoría sobre su actuación en esa última guerra, un informe que, según la prensa, es muy desfavorable para él.
Pese a insistir en que no desean una escalada militar, los dos bandos se reservan el derecho de réplica. Haniyeh, cuyo movimiento islamista cuenta con un brazo armado de 20.000 a 30.000 hombres, advirtió que respondería a “toda incursión” de tropas israelíes en la Franja de Gaza.
Y el ejército israelí, si bien asegura que no tiene “ningún interés en una escalada militar”, dice estar determinado a combatir “el plan diabólico de Hamas de querer infiltrarse en las comunidades israelíes”.
El ejército israelí, en busca de túneles que sirvan a los combatientes palestinos para infiltrarse en Israel, ha desplegado impresionantes perforadoras a lo largo de la frontera con Gaza, y excava una zona tapón.
Militares israelíes ya han anunciado el hallazgo de dos túneles que ha inutilizado. Erradicar esta red subterránea era el principal objetivo de Israel durante la guerra del 2014, y el fracaso en ese cometido es uno de los puntos sobre los que se pronunciará el controlador del Estado este sábado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario