Los cárteles de Sinaloa, Los Zetas y La Familia Michoacana lograron tejer redes dedicadas a la adquisición a granel o al menudeo, lo mismo de rifles de asalto AK-47, o de tipo AR-15, que armas de calibre 50, capaces de penetrar blindaje; así como equipos tácticos militares (como lentes de visión nocturna), granadas y municiones.
En tres de estos casos agentes encubiertos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), que se hicieron pasar como integrantes de cárteles, lograron detectar a los compradores e impidieron, por ejemplo, el paso a México de un misil antiaéreo y armas antitanques para Joaquín El Chapo Guzmán.
También se descubrió la participación de un exmilitar estadounidense que pretendía vender pertrechos de la milicia, o grupos de hasta más de 30 sujetos dedicados a comprar el arsenal en pequeñas cantidades para impedir su detección.
Las operaciones fueron descubiertas en los estados de Texas, Arizona, California, Florida y Nuevo México.
Pagaban las armas con droga
Entre los casos que destacan está el de los mexicanos David Díaz Sosa y Jorge de Jesús Castañeda, detenidos a partir de una operación encubierta de la ATF, cuando en 2009 comenzaron a negociar con los agentes estadounidenses la compra de armas para el cártel de Sinaloa.
El pedido incluía un misil antiaéreo Stinger, diversas armas antitanque, lanzagranadas, granadas, y ametralladoras; como parte de la transacción se acordó que además del pago en efectivo, el lote se costearía con remesas de metanfetaminas que entregaría el cártel de El Chapo para cubrir el monto.
Díaz Sosa fue condenado en agosto de 2012 en el Distrito de Arizona a 25 años de prisión después de aceptar su culpabilidad en el cargo de conspiración "para adquirir y exportar un misil antiaéreo, para poseer ametralladoras y pistolas de transferencia para su uso en un delito de tráfico de drogas".
Los Zetas también tenían a sus proveedores, un par de ellos fueron identificados en Texas como Marino Castro Jr. y Edward Levar Davis, quienes desde San Antonio dotaban de arsenal al cártel, a través de pequeños compradores, aunque no existe un estimado de cuántas armas entregaron a la organización.
Tan sólo entre mayo y agosto de 2010 las autoridades interceptaron a esta célula más de 200 armas de
fuego, incluyendo pistolas, rifles de asalto AK-47 y AR15, así como rifles para francotirador Barrett calibre 50.
Fuente: noticias.univision.com/
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