Luego de haber aceptado la oferta de asilo de México, Morales anunció anoche su salida en un avión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. «Pronto volveré con más fuerza y energía», advirtió al despedirse.
Mientras tanto, la vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Añez, convocó hoy a la Asamblea Legislativa para formar un gobierno interino y llamar a elecciones. Pero la llave de todo ese proceso está en manos del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), que controla el Poder Legislativo.
«Están bajando los del MAS desde El Alto. Vienen a saquear la ciudad», fue el rumor durante la jornada, al cabo de la cual las Fuerzas Armadas se disponían a respaldar a la policía para frenar la violencia.
«Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía», decía el mensaje de Evo, que afirmó que una «turba violenta» se dirigía a destruir su casa.
Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía.
La crisis en Bolivia comenzó a correr así por diferentes carriles. Uno institucional, que busca encaminar la presión de las calles, tanto oficialista como opositora, que se mantiene alta, con piquetes, bloqueos y saqueos. Y un frente diplomático externo, que debate si en Bolivia hubo un golpe de Estado y qué actitud tomar.
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