El nuevo titular de Interior es Gonzalo Blumel, que ejercía de ministro de la Secretaría General de la Presidencia, mientras que la cartera de Hacienda quedó en manos del economista Ignacio Briones.
Piñera designó además a nuevos ministros en las carteras de Secretaría General de la Presidencia, la Secretaría General de Gobierno, Economía, Trabajo, Bienes Nacionales y Deportes.
"Chile no es el mismo que teníamos hace un par de semanas. Chile cambió y el Gobierno también tiene que cambiar para enfrentar estos nuevos desafíos y tiempos", dijo el presidente en referencia a las manifestaciones y protestas de los últimos diez días, que dejaron una veintena de fallecidos.
Cinco ministros salieron del gabinete y otros tres cambiaron de cartera. Los que abandonaron el Ejecutivo son Andrés Chadwick, en Interior; Felipe Larraín, en Hacienda; Juan Andrés Fontaine, en Economía; Nicolás Monckeberg, en Trabajo; y Pauline Kantor, en Deportes.
Chadwick, que es primo de Piñera, fue duramente cuestionado por su papel en la gestión del orden público durante las protestas, con la Policía y las Fuerzas Armadas desplegadas por las calles de buena parte del país.
Fontaine, por su parte, quedó muy debilitado después de sugerir a los ciudadanos que madrugaran más para evitar el alza del precio del boleto del metro de Santiago, el origen de las movilizaciones que con el paso de los días dio paso a demandas de cambios sociales más profundos.
Piñera apostó en sus designaciones por políticos más jóvenes, todos de menos de 50 años, y una mayor presencia de mujeres.
Entre los nombramientos destaca la llegada al Gobierno de Karla Rubilar, hasta ahora intendenta de la Región Metropolitana, que es la nueva ministra de la Secretaría General de Gobierno, un cargo que ejerce la función de portavoz del Ejecutivo.
Lucas Palacios, hasta ahora viceministro de Obras Públicas, es el nuevo ministro de Economía, y María José Zaldívar, subsecretaria de Previsión Social, asumió en la cartera de Trabajo.
Julio Isamit, de 30 años, fue designado ministro de Bienes Nacionales en reemplazo de Felipe Ward, que se hizo cargo de la cartera de la Secretaría General de la Presidencia.
En tanto, Cecilia Pérez, que era la portavoz del Ejecutivo, fue designada ministra de Deportes.
Piñera condenó la "brutal ola de violencia, maldad y destrucción" que desataron "pequeños grupos organizados" y que se saldó con la destrucción de estaciones del metro y el saqueo de centenares de supermercados y comercios durante la semana pasada, cuando el estallido social mostró su cara más violenta.
Esos acontecimientos causaron "un gran daño al alma" de Chile, apuntó el presidente, quien subrayó que "lo más doloroso" ha sido la pérdida de vidas humanas.
De las 20 muertes confirmadas hasta el momento por el Gobierno, entre las que hay tres peruanos, dos colombianos y un ecuatoriano, cinco fueron a causa, presuntamente, de la acción de las fuerzas del orden.
Además se presentaron decenas de denuncias por presuntas violaciones a los derechos humanos como homicidios, torturas, vejaciones, palizas y detenciones irregulares, casos que, dijo Piñera, serán investigados por la Fiscalía, aunque el Gobierno "no tiene nada que ocultar".
El mandatario dijo que vio con esperanza las "maravillosas manifestaciones pacíficas" que el viernes pasado congregaron a "millones" de chilenos en las calles de todo el país.
"Nuestro Gobierno ha escuchado el mensaje fuerte y claro de los chilenos que piden y merecen un Chile más justo y solidario, con más dignidad y sin abusos", manifestó.
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