Calculan que a lo largo de los últimos dos años la propietaria de los burdeles, Risako Yokota, de 53 años, ha ganado unos 50 millones de yenes (unos 520.000 dólares) gracias a su negocio.
La ley nipona prohíbe la prostitución que se entiende como "relación sexual a cambio de dinero", pero sí permite una industria del sexo (consideran relación sexual siempre que haya coito). Para permanecer dentro de la legalidad, los burdeles japoneses suelen ofrecer servicios no coitales, por ejemplo sexo oral.
Fuente informe21
La ley nipona prohíbe la prostitución que se entiende como "relación sexual a cambio de dinero", pero sí permite una industria del sexo (consideran relación sexual siempre que haya coito). Para permanecer dentro de la legalidad, los burdeles japoneses suelen ofrecer servicios no coitales, por ejemplo sexo oral.
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