Un reporte del diario Clarín consignó que el joven, de 24 años, se encontraba bajo la sombrilla en la que impactó la descarga, junto a su madre y la pareja de ésta, quienes sufrieron quemaduras leves, y ya fueron dados de alta del hospital de Maldonado.
El sábado fue un día normal de playa, por momentos con sol y por momentos nublado, hasta que a eso de las 17 el cielo se encapotó, y minutos después comenzó a caer una llovizna –típica de verano, sin las características de tormenta eléctrica–. En ese momento la gente abandonó la playa, y sólo quedaron unos pocos surfistas y Montemuro y su familia, que decidieron guarecerse bajo una sombrilla, a 40 metros del puesto de los guardavidas.
Cuando la lluvia parecía volverse más tenue, un único y sorpresivo rayo alcanzó a la sombrilla de Montemuro, quien cayó desvanecido. La descarga atravesó la lona y dejó un agujero de 15 centímetros de diámetro. "Escuchamos el ruido y advertimos enseguida que había impactado sobre la arena. A los segundos vimos y escuchamos a la madre del muchacho, desesperada, pidiendo auxilio", contó al tabloide José Luis Salazar, unos de los guardavidas que, junto a su compañero y dos oficiales de prefectura que suelen estar en Montoya, fueron los primeros que acudieron a ayudar a la señora, de nombre Silvia Galli y a su pareja, Roque Machado.
El sábado fue un día normal de playa, por momentos con sol y por momentos nublado, hasta que a eso de las 17 el cielo se encapotó, y minutos después comenzó a caer una llovizna –típica de verano, sin las características de tormenta eléctrica–. En ese momento la gente abandonó la playa, y sólo quedaron unos pocos surfistas y Montemuro y su familia, que decidieron guarecerse bajo una sombrilla, a 40 metros del puesto de los guardavidas.
Cuando la lluvia parecía volverse más tenue, un único y sorpresivo rayo alcanzó a la sombrilla de Montemuro, quien cayó desvanecido. La descarga atravesó la lona y dejó un agujero de 15 centímetros de diámetro. "Escuchamos el ruido y advertimos enseguida que había impactado sobre la arena. A los segundos vimos y escuchamos a la madre del muchacho, desesperada, pidiendo auxilio", contó al tabloide José Luis Salazar, unos de los guardavidas que, junto a su compañero y dos oficiales de prefectura que suelen estar en Montoya, fueron los primeros que acudieron a ayudar a la señora, de nombre Silvia Galli y a su pareja, Roque Machado.
Fuente: UPI
No hay comentarios.:
Publicar un comentario