El preso fallecido, Arafat Jaradat, no formaba parte del grupo de detenidos palestinos en huelga de hambre desde hace tiempo en Israel, cuyo movimiento ha contado con manifestaciones de solidaridad en los últimos días, pero su muerte amenaza con agravar una situación ya de por sí tensa.
El domingo por la mañana, manifestantes en su pueblo natal y otros sectores de la ciudad de Hebrón lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad israelíes que respondieron con gases lacrimógenos y granadas de estruendo, aunque no causaron heridos, según testigos.
"Unos 3.000 prisioneros anunciaron que van a rechazar la comida", dijo a la AFP el portavoz de los servicios penitenciarios israelíes, Sivan Weizman, quien precisó que se trata "sólo de las tres comidas de hoy (domingo)".
Asimismo, el club de prisioneros palestinos anunció el sábado que siete detenidos en Israel se sumaron a la huelga de hambre que realizan intermitentemente desde hace varios meses otros cuatro presos para protestar por su detención. Sin embargo, las autoridades israelíes no lo han confirmado.
Jaradat murió el sábado a causa de un "malestar" en la cárcel de Megiddo (norte de Israel), según el Shin Bet, el servicio de seguridad interior israelí que lo interrogaba.
Este joven de 30 años, padre de dos hijos, fue detenido el 18 de febrero a raíz de unos disturbios cerca del asentamiento de Kiryat Arba, en los alrededores de Hebrón.
La autopsia se iba a realizar este domingo en el Centro Nacional Forense de Israel. El ministro palestino de Prisioneros, Issa Qaraqae, confirmó que un médico palestino así como la familia del difunto asistirían a la autopsia.
Tras el anuncio de la muerte de Jaradat, se registraron algunos enfrentamientos el sábado por la noche entre palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes en Hebrón, Cisjordania.
"Cuidado con los motines", titula el diario Israel Hayom este domingo.
"Todo el aparato de seguridad, los servicios penitenciarios en particular, están en alerta máxima hoy (domingo)", afirma por su parte el diario Maariv.
El primer ministro palestino, Salam Fayad, dijo que está "impactado" por la muerte de Jaradat y subrayó la necesidad de "divulgar rápidamente las verdaderas razones que le han llevado al martirio".
La policía israelí ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte, debida, probablemente, a un ataque cardíaco, según la administración penitenciaria israelí.
El primer ministro palestino "considera que de todas formas, el ocupante (israelí) no puede estar exento de culpa porque la muerte de Jaradat se ha producido cuando estaba detenido y en celdas del ocupante en Israel", en un comunicado emitido el sábado por la noche.
Hamas también acusó a Israel de ser el "responsable de la muerte del detenido a causa de las condiciones inhumanas de las prisiones".
Según el Shin Bet, el detenido tenía dolores en la espalda y con anterioridad había sido herido en una pierna por balas de caucho y en el estómago por una granada lacrimógena.
"Durante la investigación, (Arafat Jaradat) fue examinado en varias ocasiones, en particular el jueves pasado, por un médico que no detectó ningún problema, por lo que prosiguió la investigación", dijo el Shin Bet en un comunicado.
Pero el ministro Qaraqae exige una investigación internacional.
La asociación israelí de defensa de derechos humanos B'Tselem también exige una "investigación independiente, efectiva, transparente y rápida".
Fuente: terra
El domingo por la mañana, manifestantes en su pueblo natal y otros sectores de la ciudad de Hebrón lanzaron piedras a las fuerzas de seguridad israelíes que respondieron con gases lacrimógenos y granadas de estruendo, aunque no causaron heridos, según testigos.
"Unos 3.000 prisioneros anunciaron que van a rechazar la comida", dijo a la AFP el portavoz de los servicios penitenciarios israelíes, Sivan Weizman, quien precisó que se trata "sólo de las tres comidas de hoy (domingo)".
Asimismo, el club de prisioneros palestinos anunció el sábado que siete detenidos en Israel se sumaron a la huelga de hambre que realizan intermitentemente desde hace varios meses otros cuatro presos para protestar por su detención. Sin embargo, las autoridades israelíes no lo han confirmado.
Jaradat murió el sábado a causa de un "malestar" en la cárcel de Megiddo (norte de Israel), según el Shin Bet, el servicio de seguridad interior israelí que lo interrogaba.
Este joven de 30 años, padre de dos hijos, fue detenido el 18 de febrero a raíz de unos disturbios cerca del asentamiento de Kiryat Arba, en los alrededores de Hebrón.
La autopsia se iba a realizar este domingo en el Centro Nacional Forense de Israel. El ministro palestino de Prisioneros, Issa Qaraqae, confirmó que un médico palestino así como la familia del difunto asistirían a la autopsia.
Tras el anuncio de la muerte de Jaradat, se registraron algunos enfrentamientos el sábado por la noche entre palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes en Hebrón, Cisjordania.
"Cuidado con los motines", titula el diario Israel Hayom este domingo.
"Todo el aparato de seguridad, los servicios penitenciarios en particular, están en alerta máxima hoy (domingo)", afirma por su parte el diario Maariv.
El primer ministro palestino, Salam Fayad, dijo que está "impactado" por la muerte de Jaradat y subrayó la necesidad de "divulgar rápidamente las verdaderas razones que le han llevado al martirio".
La policía israelí ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte, debida, probablemente, a un ataque cardíaco, según la administración penitenciaria israelí.
El primer ministro palestino "considera que de todas formas, el ocupante (israelí) no puede estar exento de culpa porque la muerte de Jaradat se ha producido cuando estaba detenido y en celdas del ocupante en Israel", en un comunicado emitido el sábado por la noche.
Hamas también acusó a Israel de ser el "responsable de la muerte del detenido a causa de las condiciones inhumanas de las prisiones".
Según el Shin Bet, el detenido tenía dolores en la espalda y con anterioridad había sido herido en una pierna por balas de caucho y en el estómago por una granada lacrimógena.
"Durante la investigación, (Arafat Jaradat) fue examinado en varias ocasiones, en particular el jueves pasado, por un médico que no detectó ningún problema, por lo que prosiguió la investigación", dijo el Shin Bet en un comunicado.
Pero el ministro Qaraqae exige una investigación internacional.
La asociación israelí de defensa de derechos humanos B'Tselem también exige una "investigación independiente, efectiva, transparente y rápida".
Fuente: terra
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