De 38 años, Kyle fue asesinado a tiros junto a otro hombre identificado como Chad Littlefield, de 35, en la tarde del sábado en un campo de tiro en Glen Rose, de acuerdo con el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
La Policía arrestó poco después a Eddie Routh, de 25 años, como sospechoso de ambas muertes.
Kyle formó parte de la unidad de elite SEAL de la Marina estadounidense y combatió en Irak, donde mató al menos a 150 insurgentes entre 1999 y 2009, según cifras oficiales del Pentágono, aunque él asegura que fueron más de 250.
Fue galardonado por su valentía, dejó la Marina en 2009 y escribió un libro, "American Sniper", en el que relata sus días como francotirador.
En el libro, publicado el año pasado y que estuvo en la lista de los más vendidos del diario The New York Times, Kyle cuenta que los insurgentes iraquíes le pusieron de apodo "el diablo" y ofrecieron una recompensa por su cabeza.
El año pasado, en una entrevista con la revista Time, el exmilitar defendió su labor en Irak y argumentó que matar a insurgentes significaba salvar la vida de muchos de sus compañeros.
"La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Solo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo", dijo en esa entrevista.
De joven, Kyle fue vaquero en Texas y empezó a disparar desde niño cuando salía a cazar con su padre.
Cuando dejó la Marina en 2009 fundó su propia empresa de formación militar.
La Policía arrestó poco después a Eddie Routh, de 25 años, como sospechoso de ambas muertes.
Kyle formó parte de la unidad de elite SEAL de la Marina estadounidense y combatió en Irak, donde mató al menos a 150 insurgentes entre 1999 y 2009, según cifras oficiales del Pentágono, aunque él asegura que fueron más de 250.
Fue galardonado por su valentía, dejó la Marina en 2009 y escribió un libro, "American Sniper", en el que relata sus días como francotirador.
En el libro, publicado el año pasado y que estuvo en la lista de los más vendidos del diario The New York Times, Kyle cuenta que los insurgentes iraquíes le pusieron de apodo "el diablo" y ofrecieron una recompensa por su cabeza.
El año pasado, en una entrevista con la revista Time, el exmilitar defendió su labor en Irak y argumentó que matar a insurgentes significaba salvar la vida de muchos de sus compañeros.
"La primera vez, ni siquiera estás seguro de que puedas hacerlo (matar). Pero yo no estaba allí mirando a esas personas como personas. No me preguntaba si tenían familia. Solo estaba tratando de mantener a mi gente a salvo", dijo en esa entrevista.
De joven, Kyle fue vaquero en Texas y empezó a disparar desde niño cuando salía a cazar con su padre.
Cuando dejó la Marina en 2009 fundó su propia empresa de formación militar.
Fuente: terra
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