La decisión fue una llamada de advertencia para los principales partidos e indica que el presidente no cree que ninguno de ellos sea capaz de gobernar efectivamente hasta que termine el rescate, en junio del 2014.
Pero la iniciativa de Cavaco Silva provocó fuertes críticas en un país sumido en su peor recesión económica desde la década de 1970, bajo el peso de la austeridad impuesta por el rescate internacional.
“El presidente de la república decidió superar la parálisis política entre los partidos de la coalición de gobierno, añadiendo otro problema al que ya existía”, dijo el diario Público en su editorial. “Decidió tomar el poder”, agregó.
Este tipo de acusaciones no se hacen a la ligera en el país que sufrió la dictadura más larga de Europa occidental bajo Antonio Salazar.
Según la Constitución portuguesa, el presidente tiene el poder de disolver el Parlamento y convocar a elecciones.
Cavaco Silva dijo que el Gobierno de coalición sigue al mando, pero rechazó la propuesta de remodelación del gabinete que presentaron los socialdemócratas y de su socio de coalición, el derechista CDS-PP.
La crisis se desató a raíz de la dimisión del ministro de Relaciones Exteriores, Paulo Portas, la semana pasada, amenazando la continuidad del Gobierno ya que Portas dirige el partido CDS-PP.
El primer ministro, Pedro Passos Coelho, celebró reuniones de urgencia la semana pasada con Portas y anunció el sábado que promocionaría a Portas como viceprimer ministro y lo puso a cargo de la coordinación de política económica.Fuente: UH/REUTERS, EFE y AFP
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