Los miembros de la banda fueron identificados gracias a escuchas telefónicas en una investigación que estableció que cerca de 100 personas siguen vendiendo drogas en la Rocinha pese a que la favela está ocupada por la Policía.
La operación se propuso expulsar definitivamente a los narcotraficantes que permanecen en la Rocinha, barriada que fue fortín de las bandas criminales por muchas décadas hasta noviembre de 2011, cuando su control fue retomado por las autoridades en una acción que contó con centenares de policías y el apoyo de blindados y helicópteros del Ejército.
Pese a que la mayoría de los pistoleros había sido expulsada y a la instalación de una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), como son conocidos los puestos policiales permanentes en las favelas arrebatadas a la criminalidad, algunos vendedores de drogas seguían actuando en esta barriada bajo el comando de un narcotraficante que está preso en una cárcel de alta seguridad.
En junio pasado, el turista alemán Daniel Benjamin Frank, de 25 años, fue atacado a tiros por miembros de las bandas de delincuentes que resisten en la Rocinha.
En esa ocasión, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, admitió que el propio tamaño de la barriada pobre, en la que viven cerca de 70,000 personas, dificulta el total control de la misma.
Según la policía, dos de las personas detenidas el sábado integraban el grupo de atacantes que en agosto de 2010 invadió el vecino y lujoso Hotel Intercontinental en un ataque que dejó a 35 turistas como rehenes por algunas horas y que provocó pánico en los alrededores.
Pese a que la policía detuvo a varios de los responsables por ese ataque, al menos nueve fueron beneficiados en abril pasado por una decisión judicial que les permite esperar el juicio en libertad.
La policía espera que la operación de este sábado facilite las acciones de la UPP de la Rocinha.
La instalación de las UPP en favelas antes controladas por bandas criminales forma parte de una política de seguridad pública iniciada por la gobernación en 2008 para expulsar a las bandas de narcotraficantes de las principales barriadas de la ciudad antes de los Juegos Olímpicos que la ciudad organizará en 2016.
Esta política, que ha reducido significativamente los índices de violencia y criminalidad de Río de Janeiro, ha sido considerada modelo para otros países de la región por organizaciones multilaterales.
Hasta el momento la policía ha instalado sus cuarteles en una treintena de favelas o conjuntos de barriadas pobres, incluyendo la Rocinha y el Complexo do Alemao, que era el principal fortín del Comando Vermelho, la mayor organización criminal de Río de Janeiro.
La redada ocurre a una semana de que visite el país el papa Francisco, que encabezará en Río la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en la que se espera que cerca de 2 millones de peregrinos se encuentren con el pontífice.
Francisco estará en Brasil del 22 al 28 de julio, en su primer viaje al extranjero desde que asumió su pontificado, y planea visitar a pobres precisamente en una favela, la de Varginha, en la zona de Manguinhos, pacificada el año pasado, donde tiene previsto un paseo a pie por una de sus calles y la visita a algunas familias del lugar.
En mayo pasado, la policía de Rio anunció que ocupará cuatro favelas cercanas al terreno donde Francisco oficiará la misa de clausura de la JMJ y que reforzará el patrullaje con todo su contingente de efectivos.
Las comunidades que serán ocupadas son Rolas, Aço, Cesarao y Antares en Guaratiba, en el barrio de en el Guaratiba, en la zona oeste de Rio, además de que tres helicópteros con cámaras de alta definición vigilarán desde el aire las actividades de la JMJ.
Fuente: CNN/AFP y EFE.
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