Los negociadores intentaban el sábado persuadir a Jimmy Lee Dykes, de 65 años, para que se rindiera. Las autoridades dijeron que Dykes, veterano de Vietnam, mató el martes a tiros al conductor de un autobús escolar y se llevó al menor al búnker que construyó en su casa en la localidad rural de Midland City.
Aunque la policía mantenía en reserva detalles sobre las delicadas negociaciones, los vecinos llenaban los huecos de la información sobre Dykes, al que algunos describieron como una figura amenazadora que tenía puntos de vista antigubernamentales.El jefe policial Wally Olson dijo el sábado que el hombre pidió que le llevaran mantas y un calentador eléctrico. Olson dijo que ha permitido a las autoridades que entregaran libros para colorear, medicamentos y juguetes para el niño.
Olson afirmó que quería agradecer a Dykes porque se preocupaba del niño y consideró muy importante este aspecto.
El jefe policial se abstuvo de precisar si Dykes había presentado demandas particulares y señaló que sólo facilitaría información restringida.
Un vecino contiguo a Dykes dijo que éste construyó en dos o tres meses el bunker a cierta profundidad y después lo cubrió con una estructura de tablones y madera chapada, a la que cubrió con arena y tierra.
El vecino Michael Creel dijo que Dykes había colocado un tubo de plástico abajo del suelo, desde el búnker a un extremo del camino a su cochera, para que pudiera escuchar cuando alguien se acercaba a la puerta. Cuando Dykes terminó el refugio hace más o menos un año, invitó a Creel para que lo conociera.
Fuente: terra
Aunque la policía mantenía en reserva detalles sobre las delicadas negociaciones, los vecinos llenaban los huecos de la información sobre Dykes, al que algunos describieron como una figura amenazadora que tenía puntos de vista antigubernamentales.El jefe policial Wally Olson dijo el sábado que el hombre pidió que le llevaran mantas y un calentador eléctrico. Olson dijo que ha permitido a las autoridades que entregaran libros para colorear, medicamentos y juguetes para el niño.
Olson afirmó que quería agradecer a Dykes porque se preocupaba del niño y consideró muy importante este aspecto.
El jefe policial se abstuvo de precisar si Dykes había presentado demandas particulares y señaló que sólo facilitaría información restringida.
Un vecino contiguo a Dykes dijo que éste construyó en dos o tres meses el bunker a cierta profundidad y después lo cubrió con una estructura de tablones y madera chapada, a la que cubrió con arena y tierra.
El vecino Michael Creel dijo que Dykes había colocado un tubo de plástico abajo del suelo, desde el búnker a un extremo del camino a su cochera, para que pudiera escuchar cuando alguien se acercaba a la puerta. Cuando Dykes terminó el refugio hace más o menos un año, invitó a Creel para que lo conociera.
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