El incidente no sólo resulta bochornoso para el servicio diplomático hondureño, sino que estaría en juego información clave vinculada a la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico que ambos países llevan a cabo en un estrecho programa de cooperación.
Según revela el periódico hondureño El Heraldo , el guardaespaldas y amigo personal del embajador, identificado como Jorge Mendoza, fue el encargado de organizar en la sede diplomática una fiesta con prostitutas el 20 de diciembre para celebrar la Navidad. Al parecer, el hombre de seguridad no les quiso pagar sus servicios a las chicas invitadas y ellas decidieron cobrarse robando computadoras y todo lo que pudieron. Además, afirma el diario, antes de irse defecaron sobre los escritorios del embajador y su agregado comercial, coronel Sergio Gómez.
La embajada de Honduras está ubicada en un exclusivo barrio de Bogotá y la fiesta tuvo lugar entre las diez de la noche y las cinco de la mañana. Cuando el personal de la sede diplomática llegó a trabajar al día siguiente, encontró un gran desorden en el lugar. Uno de los invitados estaba durmiendo en el sótano, y Mendoza hacía lo mismo cerca del área de la lavandería.
El comandante de la zona norte de la Policía Metropolitana de Bogotá, José Baquero, admitió que a raíz de una denuncia oficial de Hondurasestán buscando a dos prostitutas –que fueron “ingresadas en un vehículo a la embajada” la noche de la fiesta– para interrogarlas sobre el presunto robo.
“De conformidad a lo investigado y del resguardo a los intereses nacionales y las buenas relaciones con la República de Colombia, solicitamos la renuncia con carácter irrevocable al embajador”, afirmó en un escueto comunicado la Cancillería hondureña. Y agregó que “la comisión investigadora continuará evaluando la responsabilidad de los funcionarios diplomáticos y administrativos”.
El caso es similar a otro gran escándalo diplomático en Colombia. En abril de 2012, agentes del servicio secreto estadounidense llevaron prostitutas a su hotel en Cartagena días antes de la visita del presidente Barack Obama para asistir a la Cumbre de las Américas. El escándalo estalló después de que los agentes fueran denunciados por una de las prostitutas por no pagar sus servicios.
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